23 noviembre 2006

Silencios

Las personas decimos más con los silencios que con las palabras. Voluntarios e involuntarios, silencios al fin y al cabo, todos proyectamos a lo largo del día infinidad de sombras de palabras y multitud de pensamientos que se ocultan tras un eclipse de gesto. Yo recopilo todos esos silencios en una cajita y luego aprovecho la madrugada, cuando nadie dice nada, para poder escucharlos. Y entonces quizá puedas terminar de perfilar un contorno difuso, o pasar un paño al vaho del cristal de una duda. En ocasiones lo silencios pueden traer una revelación inesperada o el latido de un presentimiento; otras veces son brumas de un eco lejano, o el reflejo de imágenes que se adivinan cerrando los ojos. Hay noches en las que por un instante crees poder rozar con los dedos el calor de un secreto o sentarte a la lumbre reconfortante de un placer ajeno que te estremece. A veces el corazón se te anuda en la garganta y de una manera profunda sientes, y asientes, silente.


3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Querido Mariano.

En el silencio también hay manos estrechadas.
En silencio también se puede decir qiue se quiere a la genet.

Y se te quiere, vale.

Mil abrazos.

MC

11:59 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"El destino aparece escrito en los sucesos banales, en los detalles periféricos, en los suburbios de los hechos".
Gracias por recomendarnos Millás y sigue escuchando.
Besos

L.

6:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hay veces en las que las palabras sobran, veces en las que el silencio habla por sí solo... o por uno mismo.

Otras veces en cambio solo queda el silencio eterno y mudo como el recuerdo, eterno, grande y muerto.
Hay veces en las que el silencio derrumba.

3:37 p. m.  

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