24 mayo 2007

Capricho

Al final de su segunda Partita para clave, Bach sustituye la habitual Giga por un original movimiento al que bautiza, significativamente, con el nombre de "Capricho". Si la Giga es una danza que toma prestados de la Fuga algunos de sus elementos, este Capricho es en realidad una Fuga que toma prestado de la Giga su estructura binaria. La primera parte consiste en la exposición a tres voces y posterior elaboración del siguiente sujeto:



Y la segunda parte hace lo mismo con la inversión del tema anterior:



El análisis del tema principal aporta una considerable e interesante cantidad de información sobre el estilo compositivo de Bach y, en particular, sobre el carácter de esta pieza. El sujeto está compuesto por tres motivos que Bach se ha preocupado en diferenciar:



Es costumbre en Bach diseñar materiales que sean contrastantes entre sí y, al mismo tiempo, complementarios. Lo que tienen en común los tres motivos que acabamos de señalar es la fuerza motriz que imprimen al movimiento: son el impulso resultante del salto inicial (motivo 1), la rápida sucesión de semicorcheas en escala (motivo 2) y el insólito grupo de intervalos de ¡décima!, de carácter lúdico y responsables, a buen seguro, de la denominación de la pieza como "Capricho" (motivo 3) quienes se van a encargar de ello en el desarrollo posterior de la obra. Y es que Bach es maestro también en el dominio del ritmo en toda su extensión; de hecho, podríamos atrevernos a hablar de la existencia de una estructura rítmica e incluso de una armonía y de un contrapunto rítmicos paralelos a la estructura formal y a la armonía y al contrapunto tonal.

Veamos ahora lo que los separa y comprobaremos que, efectivamente, en Bach el contraste tiende a nacer de una complementariedad que subyace tras el discurso sonoro. No nos asustemos: ya hemos dicho muchas veces en este blog que en Bach las cosas son transparentes puesto que lo que anota en la partitura es el fruto de un proceso de reflexión que ha ido despojando a las ideas de lo accesorio hasta dar con lo esencial. Por ejemplo: echemos un vistazo de nuevo a los motivos que componen el tema principal y preguntémonos ¿hay algo en común entre los motivos 1 y 2?



Es probable que nuestra repuesta fuera un "no" rotundo si no fuera porque la advertencia contenida en el párrafo precedente quizá nos lleve a añadir el adverbio "aparentemente". Hacemos bien. Porque, a pesar de que su diseño y su papel en la obra es muy distinto, cada uno de ellos es el contrario del otro. Eso quiere decir que se han vestido delante del espejo mirando de reojo a su compañero para saber qué debían hacer para distanciarse de él. Comprobémoslo: ¿qué es lo contrario de un salto pronunciado de tan sólo dos notas y en sentido ascendente (motivo1)? Pues la ausencia de saltos en una serie de varias notas en sentido descendente (motivo 2). ¿Y qué hacemos con el motivo 3? El motivo 3 ha nacido para llamar la atención, provocar un poco y, sobre todo, para jugar. Que juegue.

Es interesante escuchar y familiarizarse al menos con la primera parte de este "Capricho" antes de anotar algunos ejemplos de cómo se ramifican y desarrollan a lo largo de la obra los motivos constitutivos del tema principal. Mientras tanto voy a por un vaso de Coca Cola.

Bach: "Capricho" BWV 826 (fragmento) Click para escuchar. Mp3, 600 K.

(qué bien sienta la Coca Cola bien fría cuando hace calor, por Dios!)

Como es habitual en toda Fuga que se precie de considerarse digna de tal nombre, todo lo que acontece brota de esa semilla que es el tema principal. Dicho de otra manera: hay vida más allá de la reiterada exposición del tema principal en las diversas voces que forman la textura de la composición. Existe la elaboración individual de los motivos que componen el tema y que dan lugar a nuevos paisajes tonales. Estos fragmentos suelen actuar de puente o eslabón entre los momentos cumbre de la obra. El primer ejemplo se lo vamos a conceder al "motivo caprichoso" (motivo 3), ya que se esfuerza en dar esos saltos tan grandes para que se le vea bien. Transportado al bajo funciona como eficaz acompañante de una progresión armónica:


Click para escuchar. Mp3, 75 K.

Lo dicho, un motivo nacido para jugar. Pero hay otros motivos con un sentido de la responsabilidad más acusado, conscientes de su función de arquitectos del edificio tonal. Es el caso, por ejemplo, del motivo 1. Como siempre, Bach es muy claro y, desde el mismo comienzo, nos advierte de la importancia del papel que va a desempeñar este minúsculo motivo al confeccionar el acompañamiento del tema principal a base de "ecos" del mismo:


Click para escuchar. Mp3, 55 K.

Una vez puestos sobre la pista, Bach procede a elaborar las líneas contrapuntísticas atreviéndose incluso con los bordados más intrincados. Abundan las entradas falsas (aquellas en las que parece que va a sonar por enésima vez el tema pero lo que realmente suena es únicamente el comienzo) y la concentración de las mismas se multiplica en los momentos cumbres de la composición (como por ejemplo, en el climax final) elevando a la elaboración motívica a la categoría del protagonismo dramático:



(los ejemplos con colores señalan aquellos motivos que se forman entre voces distintas. El oído percibe el salto interválico como si perteneciera a una misma línea melódica. El contrapunto, como la magía, también se vale de las ilusiones)

En otras ocasiones, el motivo puede estar más escondido, camuflado en un entorno distinto al acostumbrado. No importa. Bach se encarga de resaltarlo como ocurre en el río de semicorcheas del siguiente ejemplo. Las notas que "salpican" son las constitutivas de este motivo 1 del que estamos siguiendo el rastro. Es interesante observar que por mucho que cambie la textura o el entorno, la esencia rítmica del motivo se mantiene: en esta ocasión, la parte fuerte del pulso recae siempre en la segunda nota:



Finalmente, señalar otra característica típicamente Bachiana: el aprovechamiento del espacio sonoro. Un nuevo vistazo al bajo del ejemplo anterior nos revela que disponemos de una extensa zona en la que desplegar una y otra vez, del derecho y del revés, el motivo que traemos entre manos:



Y aquí tenemos la audición íntegra de este genial "Capricho" bachiano:

Click para escuchar. Mp3, 1,2 MB.


2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Admirable exposición. Deberías escribir sobre estos asuntos más a menudo. Felicidades

1:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

me encantan las partitas de bach, que pena no tener ni idea de solfeo, ay!! el quejio.

Esta noche ya más relajado lo intentaré, la verdad es que no entiendo nada, pero lo cuentas tan bien...

8:24 p. m.  

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