03 marzo 2006

Hora

Quede constancia aquí que eran exactamente las 13 y 11 minutos cuando, entre los transeuntes que iban y venían, ha surgido una figura que me ha producido un sentimiento de sorpresa primero, una agitación en el pecho, un instante de euforia después y finalmente una sensación de profundo bienestar que me ha puesto en los labios un trocito de sonrisa tonta, y que dicho estado se mantenía intacto a las 16:32, a las 20:47 y todavía lo hace en estos momentos, mientras escribo estas líneas.

Lo más curioso de todo es que de la persona causante de esta amalgama de sensaciones no conozco ni siquiera el nombre, ni si viene o va, si está casada o no, qué pensamientos ocupan su cabeza, cuándo es su cumpleaños, si cuando contesta al teléfono dice "dígame" o "si", tal vez con la interrogación colgando levemente de la i. La única certeza que tengo es que la última vez que la vi, fugazmente, desencadenando la misma secuencia de sentimientos y en el mismo orden, primero de súbita sorpresa, una agitación en el pecho, un instante de euforia después y finalmente una profunda sensación de bienestar fue el 6 de Agosto pasado a las 19 horas y 8 minutos. De lo que se deduce que el tiempo pasa muy rápido y muy despacio al mismo tiempo y que, a pesar de eso, mi reloj funciona muy bien y mi memoria también (aunque a veces se me olvida que he quedado con alguien a las diez y media).


1 Comments:

Blogger Magda Díaz Morales said...

Mariano ¡háblale! ¡dile algo! ¿no te animas? ¡qué emoción!

Aunque al hablarle pueden pasar dos cosas: o deja de desencadenarse la misma secuencia de sentimientos o se desencadenan más fuerte. ¿Vale la pena el riesgo? Por que esperar otros seis meses... :(

7:59 a. m.  

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