17 mayo 2006

Internet

Hoy es el día de Internet. Ayer no. Mañana tampoco. Es hoy, por lo visto. Supongo que sería ingenuo esperar que Telefónica nos diera el día gratis, o diera mayor velocidad a la cosa, qué se yo. Y lo mismo para las demás compañías. Yo el único "día de" que celebro es la tarde de Julio en la que en el transcurso de una excursión en barca, Carroll comenzó a contar a las hermanas Liddell su Alicia. Yo esa tarde me pongo un poco melancólico, una cosa un poco extraña, lo sé. En fin.

Pero hoy es el día de Internet y me gustaría aprovechar la ocasión para reflexionar sobre un curioso detalle que he observado tras casi un año de experiencia en la blogosfera. La blogosfera impone un férreo sistema diplomático que me desconcierta porque tras su apariencia de cortesía deja una sombra gris que no me termina de gustar. Nada. Me explico: uno va descubriendo blogs y en algunos de ellos encuentra determinadas afinidades que te hacen poner una señal en el mapa, para poder volver. Pero no siempre hay tiempo: hay épocas del año en las que puedes navegar tranquilamente pero hay otras en que te es imposible y entonces descubres un fenómeno curiosísimo: si tú durante un tiempo no comentas en un determinado blog hay muchas probabilidades de que contigo hagan lo mismo. Lógico, pensarán algunos. Pues yo no lo veo tan lógico, aunque sí respetable, por supuesto. A mí lo que me da que pensar es que entonces hay quien te escribe por un interés que no tiene que ver precisamente con lo que expones, sino para asegurarse un share de audiencia a base de diplomacia hueca. Y eso me llama mucho la atención, de verdad. Personamente me afectaría más que alguien comentara por ese motivo que el que dejara de hacerlo.

Por supuesto hay excepciones y hay quien incluso te sigue a sabiendas de que tú no le sigues, sin importarle si tu falta de seguimiento se debe a falta de tiempo o a otra razón, que todo puede ser, para gustos colores. Es lógico pensar igualmente que si uno atraviesa una época de mayor ocupación y, por tanto, menor disponibilidad, u otras causas que le hacen estar con la cabeza en otro sitio, a las otras personas les pueda pasar lo mismo. Vivimos en un mundo muy apresurado. Pero aun con todo es llamativo que, por regla general, tu estrés coincida con el de los otros, vaya ésto con toda la ironía afectuosa del mundo, porque es que coincide, oye: dejas de escribir, te dejan de escribir. Matemático. Que ese efecto no pase desapercibido no supone que me lo tome a mal (sigo manteniendo mi lista de blogs favoritos intacta, aunque en estos momentos no tenga la cabeza en ellos) y me gustaría pensar que esta reflexión no va a ser tomada negativamente; es más, estoy seguro de que por dentro nos vamos a decir "es verdad, esto hacemos".

A mí me gusta ser claro: hace tiempo que no salgo de visita, al menos no me es posible con la atención y la asiduidad que quisiera. De este paréntesis temporal seguro que volveré echando de menos a algunos pero también descubriré, es normal, que algunos de los vecinos de al lado han tomado un rumbo diferente a cuando los dejaste y en el que a lo mejor ya no encajas tanto (o viceversa). Y no pasa nada. Pero mientras tanto, a mi me sigue tranquilizando pensar que hay gente que está ahí, aunque no les hayas puesto nunca rostro: me tranquiliza saber que ahí está Ferre, con su exquisita meticulosidad y su preocupación por ponerse siempre en el lugar del lector para conseguir transmitir la información con eficacia; me tranquiliza saber que Daniel Naranjo es un poeta que sigue haciendo poemas de papel y palabras, y en ocasiones imagino que me atrevo a pedirle un verso plegado ocho veces con la rima que él quiera. Me tranquilizan las frases de Victoria, enmarcadas en espacios en blanco, y los puntos y aparte de la séptima madrugada y me tranquiliza igualmente saber que allí esta Bart Collins, siempre bien temperado, aunque el dedo índice no sea suyo (él ya sabe a qué me refiero). No sigo porque no me gustaría que nadie se sintiera excluído. No estoy, estando. De momento. Pero vaya un abrazo cordial para todos en este día.


9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No sólo lo hacemos, sino que en parte también es lógico a medida que conocemos más sitios interesantes. Al final, y esta es mi experiencia personal, uno va agrupando las webs (sean portales, blogs o del tipo que sea) en conjuntos según la frecuencia con las que las visitamos. Me explico, yo tengo un una media docena de sitios fijos a los que me acerco cada vez que conecto el ordenador. Luego hay otra docena o dos de webs a las que accedo cada semana, leyendo varios posts de golpe. Incluso hay un tercer grupo en los que entro de forma más esporádica, leyendo lo que creo me puede resultar más interesante (y sabiendo que si no lo leo, tampoco sabré si lo es o no... pero la experiencia y, supongo, las características de los blogs y sus autores nos dan "pistas").

Los comentarios ya es otro cantar. Yo no dejo muchos (ahora, cuando los dejo, me enrollo cosa fina... como está sucediendo ahora), lo que no quiere decir que no lea los blogs, evidentemente. Cuando no los dejo... unas veces no tengo nada que decir, otras no sé qué decir, en ocasiones no sé cómo decirlo...y como no hay obligación, pues tampoco pasa nada. Y cuando los dejo, casi siempre es porque me interesa añadir algo, comentar lo posteado, discrepar (ya sabes que me encanta ser abogado del diablo ;-) ),... y también, por qué no, alguna vez se puede utilizar un comentario para recordarle al autor del blog que allí fuera, al otro lado del monitor, seguimos estando allí. Pero eso no ha de ser excusa para nuestros blogs. Los hacemos por algo más, creo yo. Porque queremos contar algo, comunicar algo, independientemente de que sea leído o no. Es también, por decirlo sencillamente, una necesidad personal. Desde luego, ese es mi caso. Cuando empecé mi aventura interneteril allá por marzo de 2004, pasó más de 1 año hasta que una persona escribió algún comentario (si dejo aparte 4 ó 5 comentarios de amigos míos, que siempre me tratan mejor de lo que muchas veces merezco). Un año entero sin saber si lo que yo contaba le interesaba a alguien. Si no fuera por esa necesidad personal, ¿qué sentido tenía ese empecinamiento? Así que, desde mi punto de vista, los comentarios no son el objetivo (aunque supongo que si para algunos, en eso tienes razón), sino una alegría añadida a la tarea de publicar un blog. Es una especie de recompensa que todos agradecemos, pero que en principio no debe condicionarnos más de lo normal. Estos condicionantes o, mejor dicho, estas consecuencias bien pueden ser aportaciones que abren nuevas líneas de diálogo y discusión, que nos muestran otros puntos de vista, que nos descubren informaciones adicionales con las que completar el post, que son debates en torno a cuestiones suscitadas o bien en el texto del blog o bien en las palabras de algún comentarista,...

Quizás los mejores usos de los comentarios que conozco son los del blog de comics (fundamental) de "La Carcel de Papel", donde los aficionados y los no aficionados intercambian opiniones y plantean dudas y preguntas que el resto de los lectores se encargan de resolver, y donde se han producido discusiones sobre los temas planteados (a veces serenamente, otras de forma bastante acalorada), y los de "Malaciencia" y "Malaprensa", por las aportaciones abundantes y de calidad de los lectores. En los tres casos, los comentarios son tan importantes como los propios posts y ambos, posts y comentarios forman una entidad propia, un todo que conviene leer de pe a pa.

Bueno, aquí termino, así que recibe también tu mi abrazo electrónico en este Día de Intenet, y que no te quite el sueño el visitar más o menos frecuentemnte a tus vecinos, que siempre tendremos una zona de pixels reservada para ti, para que construyas otro pequeño embarcadero a la orilla del Támesis, al ladito de Oxford.

Y como hoy, 17 de mayo, también es el Día de las Letras Gallegas (fiesta en Galicia), y aunque yo no soy gallegohablante (lo entiendo perfectamente, lo leo sin ningún problema, pero prefiero hablar en castellano porque es como me expreso mejor... lo que no quiere decir correctamente), permíteme despedirme en la lengua de Rosalía, Castelao, Cunqueiro y Fdez. Flórez:

¡Saúdos dende preto do fin da terra e unha forte electroaperta para ti! ¡Aburiño!

3:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

En el día de internet, leo que en esta "nuestra moderna ciudad" el acto central consistirá, en plena Plaza Nueva, en conectarse por videoconferencia con una localidad chilena virtualmente hermanada. Me vienen a la cabeza esos "jumelajes" con una localidad francesa que se hicieron en los años ochenta. Modernidad pura, vamos. Sólo faltaría ya que se repartiesen ratones con forma de alcachofa. En fin, dejo de darles ideas.

No sé cómo se empeñan los políticos en dar caracter popular, o populista, a un medio que tiene en la individualidad y en el anonimato, al menos en lo que se refiere a su uso, mucha parte de su paradójica identidad.

Internet tiene algo de paradójico, sí, seguramente como la propia vida.

Por otro lado, la blogosfera tiene sus reglas, esas que tú pones en tela de juicio, no sin razón. Añado otra: yo enlazo si me enlazan. Pero claro, alguien tiene que enlazar primero, no?

salud

4:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ya esta bien, iré a comprar una pluma de tinta azul y me pondre al trabajo... ya empeze una, pero no me gusta, ademas era de tinta negra. Un abrazo fuerte.

5:22 p. m.  
Blogger Diana Carolina said...

Ay Mariano!

Justo meditaba en las maravillas del Internet cuando me voy encontrando con tus letras, ni idea que hoy fuera el día.

Acerca de los blogs, cierto es que a veces no encuentra uno el tiempo de escribir o comentar; pero yo por ejemplo, cada mañana hago el recorrido diario de los sitios favoritos como el tuyo, salvo cuando no estoy en mi oficina. (No tengo Internet en casa pero ya pronto).

Y digo que pronto porque la misma maravilla del Internet me está dando la oportunidad de seguir una licenciatura de forma virtual... No lo hubiera creído antes pero aquí estoy.

Sabrás que en mi ciudad se está llevando a cabo el festival cultural de Mayo y España es el invitado de honor.

Aprovecho y te mando un fuerte abrazo!

5:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, tambien están los comentaristas que entran a los blogs para hacer propaganda de otros blogs (la competencia...)que les han gustado, y que se creen en la obligación de hacer que los demás les sigan en sus gustos...Si ya sabés esos boludos que sueltan lo de 'hacé click acá y conectáte... que tambien hablan de la internet y computadoras...'

11:10 p. m.  
Blogger Paralelo 49 said...

No sé en qué día estoy. Es cierto que pasa, y a mí tampoco me gustan esa clase de trueques.


Saludos.

12:26 p. m.  
Blogger Daniel Naranjo said...

Tengo, desde aquel día del internet una respuesta que me ha costado (que me está costando) más de 8 días de trabajo... Pero, curioso, hoy me he encontrado una alicia que me hizo pensar en que tal vez, quizás, fuera de tu agrado... un abrazo y dejo el link. http://photos1.blogger.com/blogger/1239/770/1600/alice-cheshirecat.jpg

4:24 a. m.  
Blogger emejota said...

Todas las Alicias son de mi agrado, Daniel. Muchas gracias!

No sé si lo he comprendido bien, ¿me estás haciendo un poema de papel de más de 8 días?? No sabes la ilusión que me haría y la curiosidad que despierta en mí esa posibilidad.

Algún día nos tienes que enseñar tus manos, Daniel.

Un abrazo fuerte.

2:11 a. m.  
Blogger Daniel Naranjo said...

Llega tarde, lo se... pero llega...
lento, como tantas cosas en la vida, a un océano de distancia: http://danielnaranjo.blogspot.com/2006/05/8-versos.html

gracias a vos, por la provocación
un abrazo
daniel

1:35 a. m.  

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