21 agosto 2006

"Alice"

Alice (Woody Allen)Siento una debilidad especial por "Alice" (1990), de Woody Allen. Los críticos la suelen considerar una película menor dentro de la filmografía del cineasta pero no nos especifican si eso es algo positivo o negativo. Quiero decir que hay ocasiones en las que una obra es mayúscula por su condición de deliciosa miniatura. Una "Gymnopedie" de Satie es una obra menor, pero precisamente su condición mínima es la que la hace grande. En fin, da lo mismo. Hoy he vuelto a revisar "Alice" y me sigue pareciendo una preciosidad. Hay quien se sorprende de la interpretación que hago de la película pero para mí es tan obvia que entonces soy yo el que sorprende de quienes se sorprenden... Vale, dejemos de sorprendernos tanto y al grano. Yo veo en "Alice" un trasunto delicioso de "Alicia en el País de las Maravillas" narrado a través de la mirada de Woody Allen y con Nueva York al fondo. La esencia del cuento de Carroll está ahí, y sus huellas se pueden seguir sin dificultad. Para empezar, el título de la película algo dice, que para eso es el título, pero es la caracterización de Mia Farrow, con su corte de pelo, su sombrerito de lazo y su atuendo mezcla de colegiala y caperucita roja la que empieza a despejar dudas.

Farrow, maravillosa en su papel como pocas veces, es aquí Alice Tate, una mujer casada con un hombre adinerado que vive una existencia tan acomodada como monótona lo que le lleva a buscar nuevos caminos que den sentido a su vida.

Las analogías con la Alicia de Carroll están presentes a cada momento, siendo estas el armazón del guión de Allen (guión nominado al Oscar, por cierto). Como la protagonista del cuento, Alice se adentra en el mundo de fantasía a través de una madriguera, aquí situada en el exótico barrio chino y representada por la puerta de acceso a la consulta del enigmático doctor Yang.



Es este personaje quien anima a Alice a iniciar la primera etapa de su viaje onírico mediante una sesión de hipnosis:



A partir de ahí, toda la película está plagada de pasillos, puertas y escaleras incitadoras:





De más está decir que, a lo largo de su viaje, Alice se encuentra con una serie de personajes singulares en escenarios insólitos donde el tiempo y el espacio funcionan caprichosamente. Unas veces son unos escombros urbanos los que se convierten, a la vuelta de la esquina, en una solitaria casa de campo:




Otras veces, surge súbitamente un confesionario en mitad de un jardín:



Pero estos lugares no tendrían sentido sin habitantes. Aquí no hay un sombrerero loco y una liebre que inviten a tomar el té pero Alec Baldwin es un gato de Cheshire inolvidable cumpliendo su misión de señalar a la protagonista del cuento la dirección que debe tomar y se materializa y se desvanece en el aire dejando el perfil de su sonrisa irónica suspendido al claro de luna en una de las escenas más poéticas rodadas por Allen en mucho tiempo:




En una tesitura menos lírica, hasta encontramos una particular oruga que se convertirá en mariposa una vez se libere de su crisálida de espuma (y de mascarilla facial de barro):



Como en el cuento, la Alice de Allen se topa aquí y allá con brebajes con la correspondiente etiqueta "Bébeme":



claro que aquí nuestra Alice no crece ni mengua físicamente, sino que se crece ante las circunstancias. Que se lo pregunten al desconcertado Joe Mantegna que unas veces sentirá el acoso de la tigresa:



y otras apenas reconocerá a la apocada y frágil mujer que tiene a su lado (obsérvese que en el mundo "real", Alice lleva un atuendo convencional):



En este recorrido comparativo no podemos pasar por alto siquiera con un ejemplo (hay más) un guiño precioso: hay en la película escenas enteras en las que sólo un leve movimiento de cámara al final nos revela, burlona, que la hemos presenciado a través de un espejo ("Alicia a través del espejo"):




Por supuesto, esta Alice tendrá que despertar al final de su sueño. Pero aquí no se trata de un sueño biológico, sino de una metáfora: la Alice de Allen despierta de una vida de en-sueño a un mundo real que, a partir de su viaje iniciático por el país de las maravillas, ya no tendrá las comodidades y el glamour de antaño pero, a cambio, le revelará una vida nueva, propia, una vida verdadera donde residirá su dicha y su fortuna.

Inolvidable Alice.


11 Comments:

Blogger Miguel Cane said...

Querido emejota:

¡Vaya sorpresa! ¿Adivina qué tengo en una de las cinco charolas de mi DVD? Sí...
Y yo también, junto con "Interiores", le tengo una enternecida predilección a esta cinta Alleniana. Deja tú el hecho de que yo sea devoto Rosemariano desde mi niñez y por lo mismo, Mia sea para mí una figura iconica semejante a una Madonna.
Yo le tengo cariño a "Alice" porque fue la primera película de Allen que vi en cine. Tenía yo 16 años, casi 17 y me fascinó.
Años después vine a descubrir que esta Alice es media hermana (o bien, hermana bastarda) de Julieta, la de Fellini... claro, toda proporción guardada.
Ahora bien, ese fue uno de los momentos definitivos en mi incipiente carrera como crítico de cine [hoy, mi pan y mi sal]: la reseña de "Alice" fue la primera que publiqué en mi vida, en la gacetilla escolar. Naturalmente, hoy no recuerdo las palabras, pero sí mi entusiasmo, mi sorpresa, mi estupor y mi alegría: ¡Había descubierto a Woody Allen!
Hoy, su canon -- aún con esas abominaciones del 98 al 2003, salvo Sweet & Lowdown, que no era mala, sólo irregular- lo he recorrido lo mismo con escepticismo que con maravilla. Adoré "Todo mundo dice que te amo", me estrujé con "Interiores" y "Otra mujer", reí como un sandio con "Robó, huyó y lo pescaron", me hipnotizó Annie Hall y a veces siento que soy un poco Danny Rose.

Gracias por esta refrescante sorpresa. ¡Cómo me emocionó! Ideal para salir de los blus que me han coronado estos días, ciñéndose a mi frente sin razón aparente. O tal vez digo eso para tratar de engañarme, ja.

Lo mismo, esta noche, con tus notas, regreso a ese Wonderland del Upper East Side y a Chinatown y será a tu salud.

Recibe un abrazo mexicano de
Miguel

4:23 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Precioso post emejota. Enhorabuena!

A.

8:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Revelador paralelismo, y gran trabajo de elección de fotogramas, Emejota.

Soy de los que considero a "Alice" obra menor, aunque no mala, como bien dices.

Quizás ahora, tras tu análisis, llegue a la conclusión de que es porque "Alicia en el país de las maravillas" siempre me ha dado muy mal rollo, algo así como rollo de mal viaje lisérgico, o de pesadilla de indigestión de fabada en Agosto.

No sé si viste el documental sobre la gira de clarinetista que pasaron en la 2 la semana pasada, pese a ser un pelín pesado, tenía detalles muy elocuentes sobre la personalidad y el humor de Allen.

Yo empecé siendo muy fan, y de un tiempo a ésta parte, como muchos, sospecho, no lo soy tanto. Pero Match point me parece deliciosa, que conste.


Salud.

1:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esta Alice es una de mis lagunas en la filmografía de Allen. Vale, sí, ya, habrá que parchear este bache un día de estos. Ese día recordaré esta relectura a lo Carroll. Mientras, me la guardo en el bolsillo.

Casual, te entiendo en tu percepción de Allen. A mí me pasa lo mismo.

Saludos,

Ferre

8:53 p. m.  
Blogger emejota said...

Sí, Ferre, habrá que parchear ese bache un día de estos y ya verás cómo entonces se transita mejor por la película ;)

Un abrazo.

11:01 p. m.  
Blogger emejota said...

Re-bienvenido, causal:

yo creo que sí, que debe ser cosa de la fabada, porque con una digestión adecuada quizá el mal rollo lo verías como una atmósfera inquietante de lo más sugerente. Comprendes ahora por qué no me gusta la fabada? :)

En cuanto a los viajes lisérgicos, mi única experiencia al respecto se remonta a un cóctel de Nolotil en vena y Buscapina en el transcurso de un cólico de riñón. Eso sí que da mal rollo!

No vi el documental la pasada semana pero lo ví en su día y está convenientemente archivado en la cintoteca junto a la quasi-totalidad de la filmografía de Allen. Me pareció interesante, pero me da que su sentido del humor es menor del que aparenta, no sé. Desde luego, la decepción mayúscula que me he llevado de Allen fue cuando leí en una entrevista que NUNCA había estado en un hospital porque NUNCA había enfermado. Pero bueno! Qué desilusión! Qué timo!! ;) (Por cierto que la tal entrevista me la encontré en la sala de espera de mi psicóloga, reconóceme que la cosa tiene su aquél: encontrar una entrevista de Allen en la sala de espera de un psicólogo)

Una duda sobre tu última frase: quieres decir que ahora no eres tan fan de Allen en general o de sus últimos trabajos?

(Gracias por lo de la elección de los fotogramas, pero para Fotogramas lo que te dije de la revista en cierto mail que te debió dejar patidifuso, vale, de acuerdo, aunque insisto en ello!)

:))

Un abrazo!

11:12 p. m.  
Blogger emejota said...

Para preciosa la película, Alberto. Pero muchas gracias!

Un abrazo.

11:13 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola Miguel:

Ay esa Rosemary... Maravillosa película de Polanski, sí señor!

Yo tenía tu misma edad cuando me publicaron mi primera reseña de cine en un semanario local ("Moonfleet", ay otra vez). Lo debí hacer fatal porque fíjate que han pasado 20 años y el director no me habla! Tienes suerte de que ese trabajo sea tu pan y tu sal. Aquí si hablas en la radio o escribes en la prensa de libros, música o cine lo consideran un acto lúdico, pura diversión, mientras que si hablas de las propiedades curativas del yogur para la psoriasis o de consejos para esconder la arruga unos años más te pagan...

Me resulta simpático comprobar la diferencia de traducciones del título de las películas de Allen que aquí se estrenaron con otro nombre.

Quizá esa nueva visita por Wonderland alivie un poco tus melancolías. Estoy seguro de ello.

Un abrazo!

11:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La verdad es que esa peli no la he visto, pero con tu análisis me han entrado ganas, la verdad. De Woody Allen habré visto cuatro películas, "Coge el dinero y corre", "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar", "La última noche de Boris Grushenko", "comedia sexual de una noche de verano" y luego también vi la de "Mach Point", la más decepcionante desde mi punto de vista. Sin ser un actor/director que me apasione, la verdad es que sus películas se ven bastante bien, tienen ese toque "diferente", peculiar de Allen.

Por cierto, las "Gymnopédies" de Satie pueden ser obras menores, pero a mi la verdad es que a veces me llegan a conmover (aunque va en función de mi estado de ánimo también)

11:58 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola t3sium, bienvenido:

Te animo a ver "Annie Hall", "Manhattan", "Hannah y sus hermanas", "Otra mujer", "La rosa púrpura de El Cairo". Te animaría a ver un buen puñado más. Entonces conocerás a Allen en su estado puro.

Las "Gymnopédies" sólo tienen de menor su tamaño, tal y como digo en el post. Y me reafirmo en que esa cualidad es uno de los elementos que las hace grandes. Personlamente, a mí me conmueven siempre.

Y ya que ha salido el tándem Allen-Satie: la orquestación que Debussy hizo de la primera Gymnopédie aporta un toque maestro a "Otra mujer", deliciosa y melancólica película...

Un abrazo.

12:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Emejota,

Mi desinterés por Allen es a dos bandas: salvo Manhattan y Annie Hall, sus dos clásicos, cuando Allen se me cruza ahora en el camino siento que estamos muy alejados.

Para mí Match Point, en ese sentido, supuso un soplo de aire fresco, después de varios estrenos decepcionantes. Creo que desde "Hollywood Ending" no había disfrutado tanto con una peli suya.

salud.

7:37 a. m.  

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