Pesadilla
Que conste, antes de empezar y por si no pudiera acabar, que yo no bebo.
No.
No bebo porque no puedo y porque no me gusta. Vamos, que en las uvas por no hacer un feo me ponen medio dedo de esa cosa tan espantosa que es el champán y sólo con mojar los labios ya me salen unas manchas rojas por los brazos y me mareo y me quema la garganta. Y alguien a mi lado siempre dice: qué exagerao. Qué pesadez, todos los años igual. Pero es verdad. Yo brindo con coca-cola, qué pasa.
Pues a lo que voy.
No sé qué pasaría ayer en la cena, si es que cenamos muy tarde, si lo hice con avidez (por cenar tarde), si es que comí mucho (porque se nos hizo tarde y tenía hambre y cené con avidez) o sencillamente... porque cenamos en un chino (abstenerse de comentarios al respecto, por favor). El caso es que vaya nochecita.
Para empezar, en un sueño me ha invitado a cenar Ana Torroja, pero no en un chino sino en un sitio de playa en el que sólo había una mesa muy larga y estaba llena de gente pero María Luisa Ponte nos aseguraba con cara de sota que nos guardaba sitio. Yo mientras tanto estaba en una habitación con José María Cano viéndole componer al piano una canción en Fa Mayor y su mano derecha tocaba do-fa y do-mi (yo ponía paréntesis con un lápiz rojo de Raquel a las palabras "sin sal").
Luego me veía a mí mismo jugar con un emulador del Spectrum al "Manic Miner" pero la musiquita irritante (Si yo fuera rico...) cada vez sonaba más alta y al pasar de pantalla el vecino de abajo me perseguía con un hacha por los pasillos del hotel Overlock mientras yo pedaleaba montado en un triciclo absurdamente minúsculo. Para colmo, al girar una esquina en vez de encontrarme con las dos gemelas aparecía la monja de mecanografía del colegio.
Entonces sonaba el móvil. Fuera del sueño la verdad es que tengo estos días el móvil encendido las 24 horas por si un amigo mío necesitara llamar, que no lo está pasando bien, pero en el sueño era otra vez Ana Torroja desde el restaurante de la Ponte diciéndome que no había coca-cola, que si me daba igual pepsi. Y sí, me daba igual pero sólo si llevaba mucho hielo.
Mientras tanto me picaba todo el rato la pierna derecha, qué suplicio, pero no sé si de verdad o en la verdad del sueño porque antes de averiguarlo ha llegado la parte más estremecedora cuando el concejal de cultura pronunciaba una conferencia sobre Rainer Maria Rilke y yo me iba corriendo al cine pero resulta que en el cine no te dejaban entrar si no te comías antes el cartón gigante de palomitas. Dios, qué angustia. Creo que incluso al final bajaba del cielo Mary Poppins (prácticamente perfecta) pero antes de que se pusiera a cantar aquello de "con un poooooco de azúcaaar esa píldora que os dannnn" me he despertado profundamente desconcertado y con la cena intacta en la garganta.
He desayunado un vaso de coca-cola y Mari, que estaba canturreando mientras repasaba la encimera, se ha detenido a mirarme por encima de las gafas y ha dicho:
-Uy.
6 Comments:
Quizás no te guste el alcohol pero tienes que tener en cuenta que el pegamento no es bueno para la salud.
A no ser uno especial que es el que tomo yo
Si es que... la comida china es lo que tiene...
Cuando yo vivía en Zaragoza, vine una vez a Madrid, cené en un chino y me pasó algo parecido... bueno, menos psicodélico que lo tuyo... y la cena china acabó donde el Sr. Roca, camino del Manzanares.
Ahora que vivo en Madrid, cuando voy a Zaragoza nunca ceno en un chino...para no contaminar el Ebro... pobrecillo... y porque un Concejal de Cultura dando una conferencia sobre Rilke, seguro que me produciría urticaria galopante (¿Todavía es concejal de cultureta en Zaragoza el ínclito Juan Bolea?, alguien lo sabe?...tanto años ya...)
Hola orquidea!
No, la coca-cola seguro que no. A mí la coca-cola, al contrario que al resto de los humanos, me tranquiliza y es como un bálsamo pero es que yo soy un poco raro, ya te irás dando cuenta ;)
Un beso.
Pegamento, José?? Así que es eso lo que le ponen a la ensalada, eh?... Hmmm
(qué marca??)
;)
No tengo ni idea de quién es el concejal de cultura de Zaragoza porque bastante tengo con intentar averiguar por qué lo es el de aquí, Fernando. Eso sí que es un misterio insondable! :)
Apunto: no ir a un chino en Zaragoza. Gracias!
Un abrazo.
Dicen que los sueños tienen significado. Yo estoy por encontrar significado a los mios, ultimamente tengo unas pesadillas ilogicas.
Sin ir más lejos el otro día me desperte atemorizada y con los pelos de punta cuando unas cartas del tarot no paraban de hablarme al oido ... llevo días pensando en ello, no consigo quitarmelo de la cabeza.
Así que intentaremos echar un poco de azúcar a estas pesadillas para que nos sepan mejor. Ja, ja, ja.
Saludos!
Publicar un comentario
<< Home