07 diciembre 2006

Imprevisto

El elixir produce daños neurológicos y cardiovasculares. La notificación ha llegado esta tarde como respuesta a una sintomatología dispar que durante los últimos meses ha ido haciéndose con los mandos de mi vida con el mismo empeño con el que yo he intentado mantenerla alejada de mi quehacer cotidiano y de este blog. Pero ya no. A partir de lunes inicio un peregrinaje por especialidades y pruebas de largo recorrido. Es evidente que estoy un poco confuso y descolocado pero también estoy tranquilo en la medida de lo posible. No es poco en un tiempo en el que la tranquilidad se ha convertido, para mí, en un bien tan necesario como escaso. Y lo único que deseo es que nada ajeno al gran problema que tengo delante la perturbe porque en este momento no puedo permitirme malgastar un gramo de la energía que necesito. Por eso mismo este blog pasa a ser, momentáneamente, una incertidumbre intermitente.

No me voy.


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