08 abril 2007

Final



Hoy comienzan a emitirse en EEUU los últimos episodios de "Los Soprano", la serie que la cadena HBO sacó al aire en 1999 y que pasará a la historia por haber marcado nuevas pautas en la producción televisiva posterior. La serie puso sobre la mesa una serie de elementos que, por aquel entonces, sólo podían permitirse al amparo de la televisión de pago: experimentación e innovación, crudeza en el lenguaje, violencia y sexo explícitos en las tramas y una cuidadosa producción de largometraje al servicio de cada episodio. "Quería hacer lo que siempre había querido ver en televisión y nadie me daba. No quería hacer una serie sino una pequeña película cada semana", decía su creador David Chase.

"Los Soprano" actualiza el género de mafiosos trasladándolo al ámbito urbano del New Jersey de nuestros días. Al poner al día las convenciones del género, el capo, Tony Soprano (un enorme James Gandolfini condenado de por vida a ser Tony Soprano antes que James Gandolfini) tiene que hacer frente a los conflictos con sus hijos adolescentes, padece estrés, sufre depresiones, toma Prozac y acude al psiquiatra. Imposible olvidar los encuentros con su psiquiatra (maravillosa Lorraine Bracco, como el resto de sus compañeros), especialmente aquella primera consulta en la que la psiquiatra le pregunta a qué se dedica y Tony Soprano tras tamborilear inquieto con los dedos en el reposabrazos de su sillón responde con un eufemismo genial: "reciclaje de desechos urbanos".

Tony Soprano es hortera, zafio, sentimental, imprevisible, sádico, capaz de producir en el espectador simpatía y temor por igual. Es la cabeza de un numeroso clan cuyas historias, que se entrecruzan y se bifurcan indefinidamente, han ido tejiendo con mano maestra los guionistas a lo largo de seis temporadas. La serie no sólo ha hecho mella en una audiencia tan fiel como millonaria, sino que ha conseguido hacer claudicar a quienes, por sistema, negaban a la televisión su capacidad para albergar un formato de una calidad semejante y ha sido la única que ha sido programada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) desde donde nos llega un análisis certero: "Es una mezcla extraordinaria de análisis psicológico y cartografía social, estrafalaria, intensa, inolvidable" (Lawrence Kardish).

Hace un par de años, Antonio Muñoz Molina dedicaba un extensísimo artículo en "El País" sobre la figura de Tony Soprano, algo insólito tratándose de un personaje de ficción. Llegaba a confesar Muñoz Molina, entusiasta de la serie como tantos otros, que después de transitar el mundo de Tony Soprano, el Vito Corleone de "El Padrino" resultaba artificioso. Si esta afirmación la llega a hacer cualquier otro, aun siendo cierta, los culturetas de turno le saltan a la yugular; como la dijo un académico e intelectual se hizo el silencio y con disimulo se pasó la página del periódico donde me parece que venía un anuncio, no me acuerdo bien.

Se acaban "Los Soprano" pero cada una de sus temporadas queda en un lugar privilegiado de la estanteria de los dvd´s para reiterados y regocijantes visionados. Junto con "A dos metros bajo tierra" forman los pilares de un ciclo irrepetible de series salidas de la factoría HBO ("Deadwood", "Roma", "Oz", "Carnivale") que dan cien vueltas a la mayor parte de la producción concebida para la pantalla grande demostrando que la televisión es un medio en el que hay cabida para el talento y la innovación. Nada será lo mismo a partir del modelo de "Los Soprano". Es uno de los muchos bienes que nos deja en herencia.


3 Comments:

Blogger Miguel Cane said...

Y no hay que dejar fuera a Sexo en NY, querido Mariano. Después de todo, ésa fue la primera serie de HBO que rompió tabúes y debutó aún antes que Oz.

Llámame sentimental, pero siempre habrá un lugar en mi corazón para las aventuras y desventuras de Carrie.

Ahora, te confieso: nunca pude seguir The Sopranos, por cualquier razón aparentemente irracional, sólo vi algún capítulo suelto, donde de lo que transpiraba entre los Fisher fui el más devoto seguidor.

Supongo que son como llamadas a misa.

Pero no puedo dejar de reconocer que hicieron historia (e histeria) en la manera que tenemos de recibir TV, hoy.

Un abrazo cariñoso, Mariano.

(Ya estoy en capítulos finales yo también)

8:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A esas 6+1 que mencionais le falta la actual joya de la corona de la HBO (en mi opinión): "The Wire", la mejor serie policíaca de los últimos tiempos (y eso que el listón estaba ya alto gracias a "The Shield").

Saludos,

Ferre

9:47 p. m.  
Blogger emejota said...

Tanto "Sexo en Nueva York" como "The Shield" las tengo pendientes para Septiembre. Me parece que antes voy a caer en la tentación de volver a pasarme por la agencia "Luz de Luna" en un arranque de nostalgia ochentera... ay.

Abrazos.

1:47 a. m.  

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