18 abril 2006

Cuaderno de rodaje (I)

Hoy ha tenido lugar la primera sesión de rodaje del proyecto Mozart y ha resultado agotadora, tanto física como, sobre todo, psicológicamente. En una grabación uno se siente como una cinta de vídeo: hay pausas, rebobinados, y continuas reproducciones desde un punto concreto... Conservar el tempo y el carácter unitario de una obra a pesar de los inevitables cortes, bien por errores, bien por cambios de cámara o por cualquier imprevisto que surja, es una experiencia nueva a la que no es fácil acostumbrarse de primeras. Me he acordado a lo largo de toda la sesión de las palabras del pianista Charles Rosen cuando afirmó que en un concierto con público las cosas tienden a ir de peor a mejor (por aquello de que los nervios se van asentando conforme pasan los momentos iniciales) mientras que en una grabación pasa exactamente al revés: según Rosen, los cortes, las repeticiones, terminan por provocar un estado de embotamiento, de bloqueo o de falta de perspectiva de lo que tienes entre manos que conduce a que la música se escurra entre los dedos. Curiosa paradoja que hoy he podido experimentar en carne propia por primera vez en mi vida.

Aún así, el trabajo programado para el día de hoy se ha cumplido en el tiempo previsto, lo que no quiere decir que el resultado haya sido todo lo satisfactorio que cabría esperar. Como persona autoexigente que soy, lo de hoy me hubiera afectado mucho en otras circunstancias, lo reconozco, pero no ha sido así. Por alguna extraña razón, algo me dice que las cosas tienen que seguir por ese cauce sin que haya que alterar el tempo del compás de los acontecimientos. En resumidas cuentas: paciencia.

Conforme me siento más descansado las ideas se van poniendo en orden en mi cabeza. ¿He estado nervioso? No, y que la presencia de la cámara, tan curiosa ella, no me haya distraído y no me haya hecho temblar las manos me extraña bastante, la verdad, dado que soy una persona de naturaleza nerviosa. Pero sí que he descubierto que estaba tan ocupado porque los dedos accionaran las teclas que debían sonar que no he dejado margen para eso tan esencial que es el disfrutar de lo que se hace y eso sí que me ha extrañado mucho porque yo no concibo la música sin un disfrute pleno. Faltaba emoción, por ejemplo. La emoción tiene muchas caras: la más visible, en música, puede encontrarse en uno de esos tiempos lentos que llegarán el jueves y el viernes. Esa es una emoción explícita, fácil de atrapar. Pero existe también una emoción que consiste en dejar fluir la música con naturalidad, sintiéndote partícipe del instante.

Me resulta muy interesante dar forma en palabras a esta reflexión porque creo que me puede resultar útil para fijar un Norte a seguir en las próximas sesiones. Eso hace que lo de hoy no lo considere trabajo a medias o trabajo perdido, en absoluto. Quizá lo de hoy era necesario para adquirir la experiencia, para aprender la enseñanza y, lo que es más importante, interiorizarla. Y para ello es necesario vivirlo.

A Julio le he agradecido su infinita paciencia y, sobre todo, su tranquilidad, fundamental para crear una atmósfera de trabajo adecuada. Sus continuos "cuando quieras", "no hay prisa", y "no pasa nada" resultan especialmente reconfortantes en esta aventura. Hoy he aprendido a contemplar la posibilidad de bajar la guardia para que entre la música sin miedo y no haya que buscarla con tanto esfuerzo. La música no se busca con esfuerzo. Hablo de música, no de notas en un pentagrama. A lo mejor dando menos importancia a que suenen las notas precisas aparece el duende y lo compensa; o a lo mejor aparece el duende y trae bajo el brazo las notas precisas, que es lo habitual cuando uno se siente en armonía con lo que hace. No sería la primera vez. Es todo un misterio, y un misterio apasionante. Por eso hay que continuar. Y con ánimo.


6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Oye...estoy un poco perdida..¿el rodaje ese para que es? ¿Es para poner a la venta o algo de eso? No estaría mal tener una en casa.
Saludos

2:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido Mariano,

Seguro que aún os quedan algunas jornadas durísimas y alomejor una o dos de ellas incluso desesperantes. Pero ánimo Mariano! que seguro que el resultado es estupendo :)

Un abrazo,

Patricia

6:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No te desesperes,que un making off interesante también vale mucho.

6:41 p. m.  
Blogger emejota said...

Buena pregunta, crishu. Tampoco lo tenemos muy claro de momento. Nuestro objetivo inmediato es llevarlo a puerto y luego ya se verá. Te mantendré informada.

Un abrazo

11:01 p. m.  
Blogger emejota said...

Muchas gracias por los ánimos, Patricia :)

Esperemos que, aunque duro, el trabajo no nos depare momentos desesperantes (toquemos madera aunque, bien pensado, no hago otra cosa que tocar madera cuando toco el piano...)

En el maletín de las partituras me lleve unas chocolatinas (cosa que no te extrañará, seguro) pero ni ayer ni hoy me he acordado de tomarlas (y eso seguro que sí que te extraña. A mí también!)

Un abrazo

11:05 p. m.  
Blogger emejota said...

Muchas gracias, usuario anónimo. Me temo que estos apuntes van a ser el único testimonio de lo que allí ocurre ante y tras la cámara. Al menos algo es algo.

Un saludo

11:08 p. m.  

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