15 septiembre 2006

Partitas

A media tarde me ha dado por ponerme al piano a tocar las 6 Partitas de Bach. De tirón y de memoria, después de muchos (8, 10?) años. Unas dos horitas de música. Con un par (de manos).

Por supuesto, el resultado ha sido en líneas generales espeluznante.

Pero también debo confesar, tras este sincero acto de humildad, que ninguna interpretación de ese milagro que es la Partita 3 me ha resultado nunca del todo satisfactoria... excepto la mía. Sí, qué pasa, una cosa por la otra, no? Defender mi visión de la Partita 3 me costó soportar estoicamente 40 eternos minutos de espera en un pasillo mientras un tribunal deliberaba tras mi último examen de piano.

¿Se hace alguien idea de lo que duran 40 minutos en momentos así?

Todavía me estoy viendo en aquel pasillo deprimente, con mi amiga Paola al lado, únicos seres humanos en aquel lugar (yo era el único incauto que se presentaba), escuchando ambos cómo caía una tromba de agua afuera. 40 minutos. 40.

Al final se abrió la puerta y un tipo se fue por la derecha sin levantar la vista (pero dijo adios, buenas tardes) y una tipa se fue por la izquierda sin levantar la vista (pero también dijo adios, buenas tardes). Pues buenas tardes. Pero el presidente del tribunal se acercó a mí sosteniendo una papeleta vuelta para sí a la altura del pecho y dando golpecitos con sus dedos sobre ella. Me dijo: "ha habido una serie de desavenencias en el seno del tribunal sobre su manera de abordar a Bach que ha alargado la resolución notablemente". Y yo pensé: "uy, uy, uyyy" (3 veces uy, como la Partita) y entonces casi me da un patatús al caer en la cuenta de pronto que no era normal que la deliberación durara el doble que la Partita. Entonces me dije: "ay, madre mía!".

Pero el presidente del tribunal todavía no había terminado de hablar, manejaba muy bien el tempo escénico, y entonces añadió: "...sin embargo, finalmente se ha impuesto el criterio que consideraba interesante su interpretación. Felicidades". Y -por fin- dio la vuelta a la papeleta, me la entregó y estrechó mi -dolorida- mano. Y los jodidos de ellos habían puesto un sobresaliente! Sí, digo bien, los jodidos de ellos. Porque 40 minutos de deliberación se supone que los merece un asunto serio, como cuando te deslizas por la cuerda floja del 4,5 y el 5, del aprobado rapadillo al suspenso alto. Te los imaginas decidiendo si pulgar arriba o pulgar abajo. Entre esas 5 décimas hay mucho en juego. Pero semejante debate para un sobresaliente... Seguro que lo hicieron para esperar a que dejara de diluviar, le dije a Paola a la salida. Anda, anda, dijo ella. (Pero seguro que fue por eso: ninguno llevaba paraguas, que me fijé en eso. Siempre me fijo en esa clase de detalles accesorios). En cualquier caso, yo tan contento claro, aunque luego no sirvió para nada porque no pude terminar los estudios. Pero mira, eso que me llevé.

Pues hoy me he puesto a tocar las 6. Me ha dado por ahí, tantos años después. Y un horror, salvo excepciones. Pero a pesar de todo ha sido muy gratificante. Abordar el ciclo es toda una experiencia. De la cristalina Partita 1 a la abstracta y extraña Partita 6, uno descubre que esa música depende en todo momento del color del tono elegido, de la tonalidad. Sí, la Partita 1 sólo puede ser como es estando escrita en Si bemol Mayor y así con todas. En tonos distintos Bach habría compuesto otra cosa. Están dispuestas de manera que flanquean la joya de la corona, esa Partita 3 que sólo pudo nacer de esa hermosa manera a la luz serena del tono de la menor. Cuando Bach recurre a la tonalidad de la menor hay que apresurarse a acercar el oído.

A lo largo de la larga travesía hay momentos para todo. Hay momentos francamente duros, como el Capricho que cierra la segunda Partita (tan exigente como genialmente escrito, da mucho de sí), otros irrepetibles (la Fantasía que abre la Partita 3, bien llamada Fantasía porque siendo en realidad una larguísima Invención a 2 voces la puedes interpretar lenta, rápida, la puedes pulsar suelta, ligada, da igual, es maravillosa bajo cualquier circunstancia por extrema que sea, lo que la convierte, me atrevería a decir, en un caso único). Es una Invención a 2 voces que yo siempre toco más de 2 veces.

Y el ciclo también recoge la que, en mi modesta opinión, es posiblemente la más redonda exposición de fuga que escribiera Bach: los primeros compases de la Giga que cierra la Partita 5, un prodigio de escritura contrapuntística a 3 voces (la textura contrapuntística por excelencia), por cuanto las voces se complementan y al mismo tiempo mantienen su independencia de manera admirable: una calla cuando la otra habla mientras la tercera hace de contrapeso allí donde se necesita. Una exposición ejemplar, una lección magistral de contrapunto.

Y tantas otras cosas.

Ha sido un reencuentro de lo más agradable y, curiosamente, a lo largo de la interpretación ha llovido a cántaros varias veces como en la tarde lejana del examen. Pero esta vez no ha habido que esperar 40 minutos a nadie, aunque Paola no estaba tampoco.

(Qué habrá sido de Paola, por cierto)


5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bach es mi debilidad y mira que escribió hace tiempo :D

9:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me alegro mucho de volver a verte hoy por aquí, de verdad que te esperaba. Cómo te encuentras hoy?, se que tendras dias de todo. Muchas gracias por las palabras que me dedicaste, tienes mucho mérito que apesar de no estar en plenitud, tener fuerza para contestarnos. Un abrazo y hasta mañana. ¿Sabes una cosa?, no soy la Olga que tu te refieres, (jajajaja).

1:28 p. m.  
Blogger emejota said...

Hoy escribiría lo mismo, José. La esencia de la música de Bach, aunque tuviera que adaptarse a una estética, va por libre y no caduca.

1:36 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola Olga: pues vamos tirando, muchas gracias. Por las noches me pongo bajo la luz naranja de la lamparita en la habitación en penumbra y entro por aquí, y es cuando contesto con mucho gusto y escribo. Es como un ritual.

¿No eres la Olga que yo pensaba? Bueno, pùes entonces ya conozco a dos Olgas. Si quieres te la presento, copia y pega el enlace al post del día 15 de Marzo de 2006:

http://laideadelnorte.blogspot.com/2006/03/olga.html

¿A que es muy simpática?

1:40 p. m.  
Blogger Unknown said...

La Giga de la Partita 3 es una de mis debilidades, estoy aprendiéndola.
Y junto con el Preludio de la Partita 5 en Sol es lo único que sé en cuanto a Partitas.

Es increíble que toques las 6 partitas enteras de memoria después de tantos años. Supongo que detrás de todo hay un buen trabajo de análisis inicial para reforzar esa memoria.
Personalmente con la poca teoría musical que sé me cuesta analizarlas y tengo que echar mano de los otros tipos de memoria.


Saludos.

12:47 a. m.  

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