Retorno

Pues ya ha llegado el momento.
Tenía yo mis miedos, fíjate, porque me preguntaba si la tarea de modernizar la figura de Supermán sería posible. Y es que seamos sinceros: en el firmamento de 2006 un tipo volando con disfraz y capa resulta bastante ridículo. Pues para mi sorpresa, tranquilidad y gozo, Bryan Singer lo ha conseguido aun cuando la estética de la película (de un eclecticismo muy curioso) no duda en recurrir a un look años 30, la década en la que surge el cómic, para mostrar la imaginería principal del mito: la fachada del "Daily Planet", con sus elementos art deco, o el vestuario y el peinado de Lois Lane, que bien podrían salir de una comedia de Gregory LaCava para la RKO. ¿Cómo consigue Singer modernizar al personaje entonces? Humanizándolo. Mucho. Este Supermán tiene corazón y sufre a fondo las pasiones humanas. Sus encuentros con Lois Lane vibran. Ese susurro de Lane al volver a abrazar al héroe al amparo de la noche tras tantos años ("Dios mío, no recordaba el calor que emanas") resulta conmovedor. A este Supermán se le quiere.

Y hay otros dos elementos que me llaman poderosamente la atención. El primero de ellos tiene que ver con el montaje de las secuencias de acción. Me pregunto, ¿no está saltando por los aires la sintaxis cinematográfica? Me refiero a que se recurre a una pirotecnia visual de cambios de plano vertiginosos desde tropecientos ángulos cuyo deslumbramiento oculta la incoherencia del ensamblado entre planos imposibles (examínese la aparatosa secuencia en la que la amante de Lex Luthor pierde los frenos de su coche llevándose consigo cuanto encuentra a su paso por las populosas avenidas de Metrópolis).
Y luego la música. La pregunta es: ¿para qué hay un compositor? Y la respuesta es: para mostrar (si es que a estas alturas hacía falta) lo enorme que es John Williams. La labor del compositor, de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no me acuerdo, consiste en utilizar la memorable música que compusiera el maestro en 1978 y, ocasionalmente, aportar algo de propia cosecha. La cosecha da aquí dos frutos: nuevo material melódico o reorquestación del antiguo. Cuando ocurre lo primero es como si nos volviéramos sordos súbitamente: no se oye aun cuando suena, tan insustancial es. Lo segundo es especialmente interesante: la reorquestación del material de Williams decolora notablemente la textura tonal lo que viene a demostrar que Williams no sólo es un grandísimo compositor sino también un gigante de la orquestación.
Lo más importante de todo es que a este Supermán con corazón es imposible no quererlo. Eso a mí me ha tocado, mira.
4 Comments:
A mí también me conmovió y me emocionó cuando no lo esperaba.
"Siempre estaré por aquí"
;)
V.
Querido Mariano...
Traté de pensar ¿qué podría yo ponerte aquí, que explicara lo que yo sentí?
Mejor te dejo este link, donde mi texto se explica mejor.
http://groups.msn.com/cinevisiones/cinedvdmcane.msnw?action=get_message&mview=0&ID_Message=1391
Mil abrazos,
M
Sí, ahora veo de dónde sale la frase: "Siempre estaré por aquí" ;)
Un abrazo.
Querido Miguel:
Interesante artículo, gracias. De acuerdo totalmente en tu apreciación de Lois Lane: demasiado joven pero no una mala interpretación. Cierto.
Adjunto como complemento un enlace a un post que me han pasado por mail y que muestra de manera muy detallada la complicada y larga gestación de la película:
http://www.dcine.org/blog/5000/2006/07/superman-returns-una-pelcula-con-un.html
Un abrazo!
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