13 octubre 2006

Aniversario

PapaRecuerdo fragmentos deshilachados. Recuerdo su sonrisa, sus largos y súbitos silencios, el olor del café con leche, el cine de los domingos (fila 12, números 2 y 4), las excursiones en el ruidoso Renault azul, el reloj de pulsera en la muñeca derecha, el sillón ante el televisor y las Nochebuenas. Recuerdo verle dibujar ante el tablero inclinado, y el sonido áspero de la plumilla trazando líneas en el papel cebolla, y las explicaciones: esto será un pasillo, esto una puerta, esto un dormitorio, y allí vivirán personas. Y mis preguntas. No recuerdo, sin embargo, el calor de sus abrazos, ni el sonido de su voz. No sé quién fue, qué cosas llenaron su corazón de alegría, a qué miedos tuvo que enfrentarse. Recuerdo el momento de su despedida, el mensaje secreto al oído, el aire cálido de su aliento y después el contacto de sus labios en mi mejilla, todavía fría de Octubre porque llegaba a casa del colegio, y el último beso. Y el guiño de su ojo izquierdo antes de entrar en el ascensor camino del hospital. Y luego el silencio largo, de pie con la mochila a la espalda. Y la certeza.

Hoy hace 25 años que murió mi padre.


13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Querido Mariano:

Te abrazo.

El 25 de diciembre serán 25 años de que yo perdí al mío. No era mi padre, sino el suyo, pero también era el mío. Y sí, recuerdo como tú muchas cosas, pero me angustia que no recuerdo el sonido de su voz tampoco.

A veces nos vemos en sueños. Allí se compensa él, por no haber podido despedirse. Pero igual le quiero.

Les querremos.

¿Qué más podría decirte?

Hoy, tu aniversario lo comparto con el recuerdo de una pantera rosa de tamaño natural (pero... ¿cómo adivinó tu padre el tamaño de una pantera rosa de verdad?) dibujada en la pared, tal y como lo has compartido con nosotros.

Me conmuevo, me conduelo y te reitero, te admiro.

Un abrazo.
Del tamaño de Europa.

M

4:14 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mariano, no sé qué decirte ( a mi esto de escribir no se me da muy bien......) así que te mando un superabrazo gigantesco.............

8:57 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me ha parecido algo precioso la manera de mencionar a tu padre en éste 25 aniversario de su fallecimiento. Estará muy orgulloso de ver lo que has escrito para el.
Un abrazo

11:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

hola buenos dias hace poco me asome sin saber mucho del tema a este blog tal vez entrometiendome un poko , haciendo un comentario en esta misma fecha pero de ace un año.Solo decirte que espero que mi torpeza no te creara malestar y que despues e seguido leyendo este blog y creo que hoy es el dia indicado para presentarme y dejar de ser del todo anonimo.Me permito el atrevimiento de sumarme a ese recuerdo y a esos abrazos que con tanto cariño te envian .UN SALUDO

12:13 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola también he querido hacerte compañia en un día tan lleno de nostalgicos recuerdos para tí como el de hoy. Aunque no me conozcas hace ya un año que leo tu blog y me dejo envolver por la sensibilidad y ternura que desprende. Animo y un fuerte abrazo de Alba.

2:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

( un abrazo )

7:39 p. m.  
Blogger EVA said...

hoy es un dia para que sientas el calor de la gente que te lee, se lo que dices aunque no me faltan mis padres, me faltan todos mis abuelos y recuerdo con cariño a mis abuelas en concreto que eran dos personajes impresionantes, mi abuela era la señora de los dichos y refranes siempre tenia un roto pa un descosio y tienes razon se olvida uno de su voz pero nunca de que tipo de persona era y sus besos son inolvidables, yo tambien me las encuentro de vez en cuando en mis sueños y me reconforta... espero que mis palabras te ayuden besos con aires del sur..

12:57 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tantos años que hace que se escribió, y yo lo descubrí este verano... Siempre vamos encontrando cosas que nos recuerdan a las personas que por alguna u otra razón nos han impresionado: el giro en el tiempo que dan los tres últimos versos del soneto, por ejemplo...

"Esta luz de Sevilla... Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre, en su despacho. -La alta frente,
la breve mosca, y el bigote lacio-.
Mi padre, aún joven. Lee, escribe, hojea
sus libros y medita. Se levanta;
va hacia la puerta del jardín. Pasea.
A veces habla solo, a veces canta.
Sus grandes ojos de mirar inquieto
ahora vagar parecen, sin objeto
donde puedan posar, en el vacío.
Ya escapan de su ayer a su mañana;
ya miran en el tiempo, ¡padre mío!,
piadosamente mi cabeza cana."

Soneto
Antonio Machado

10:46 a. m.  
Blogger emejota said...

Hola Fernando, me alegra volver a leerte por aquí -en un blog hay que decir "me alegro de leerte" ya que no podemos decir "me alegro de verte"- ;)

(me quedo pensando en esos tres versos)

Un abrazo

Hola eva: muchas gracias. Sí, para mí al menos es uno de los grandes misterios: las voces terminan por borrarse de la memoria salvo excepciones excepcionales. Si además pierdes a alguien a tan temprana edad (yo tenía 11 años) los recuerdos que quedan son todavía más imprecisos. Pero la presencia permanece (digo bien).

Un beso.

Raquel: ( muchas gracias )

12:35 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola alba, bienvenida a la ventanita de los comentarios!

Si hace un año que lees el blog entonces algo nos conocemos: tú porque me lees y yo porque a veces presiento a los lectores silentes.

Un abrazo y gracias.

Hola crissy: ninguna torpeza, no te preocupes. Es difícil que la haya cuando a uno le salen las cosas de muy adentro. Gracias y un abrazo.

Hola olga: es algo que he pensado muchas veces durante estos años, no te creas: ¿qué pensaría hoy de mí? (¿nos llevaríamos bien?) También pienso que como yo enfermé a los tres meses de su muerte, me digo que al menos no tuvo que asistir a eso.

Un abrazo

12:44 p. m.  
Blogger emejota said...

A veces sobran las palabras, Marta, así que me quedo con el superabrazo. Muchas gracias.

Querido Miguel:

Pues es verdad, no sé cómo pudo adivinar el tamaño de una pantera rosa de verdad, pero la dibujó pacientemente al fondo del pasillo con pincelitos minúsculos para soponcio de mi madre y satisfacción mía.

Yo no sueño con mi padre, pero en momentos críticos de mi vida he sentido su presencia. Quizá sea sugestión, un mecanismo mental defensivo ante la dificultad, qué se yo.

O no...

(ay, el sonido de las voces...)

Un abrazo fuerte y muchas gracias.

12:54 p. m.  
Blogger ignatiusmismo said...

Muy hermoso. ¿Te has parado a pensar en cómo los recuerdos de seres queridos que se han ido se van difuminando en el transcurso de nuestra vida? Especialmente la voz, un día no conseguimos recordarla. Con lo que nos gustaba oírla. Gracias.

9:43 p. m.  
Blogger emejota said...

A veces se difuminan pero también es cierto que la mente tiende a adornar los buenos recuerdos con el paso del tiempo hasta el punto de que puede ocurrir que uno se detenga a pensar y se pregunte: ¿pero realmente pasó así?

Gracias a tí, Ignatius.

2:56 a. m.  

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