22 diciembre 2006

B12

Prosiguen las pruebas y mis visitas de especialidad en especialidad y aunque van saliendo cosas ninguna ha hecho que los médicos tuerzan mucho el morro (que yo es en lo que más me estoy fijando, por si acaso). Hoy por fin me ha visto el neurólogo. Que te citen mediante consulta preferente para el 27 de Enero y que de repente te llamen para el 22 de Diciembre, con lo malos que son estos días, tiene una parte buena y otra por lo menos sospechosa. La buena es que te ven pronto; la menos buena es que te da por pensar que han visto algo gordo. Es lo que pasa por ser hipocondriaco, aunque mi amiga Gloria-hija dice que no, que no soy hipocondriaco sino fatalista. Para el caso, lo mismo.

El neurólogo ha resultado ser un señor muy raro. No digo yo que no sepa mucho de lo suyo, pero eso no quita para ser muy raro. Eso se ve enseguida. Me ha sometido a un interrogatorio rarísimo y después a unas pruebas físicas de esas que te hacen sentir muy ridículo: que si camine de puntillas, que si camine como si fuera por un alambre de funambulista, que si camine con los brazos extendidos... Luego me ha dicho que le dijera con qué mano se tocaba la nariz y si cerraba el ojo derecho o el izquierdo y, la verdad, ver a un señor tan serio poner esas caras y hacer esas cosas daba un poco de corte. Y luego me ha dado por pensar que igual me despistaba eso y resulta que me equivocaba de dirección diciendo derecha en vez de izquierda y a ver si se montaba una buena.

Pero no.

Dice el neurólogo que tengo déficit de vitamina B12 y eso, al parecer, produce unas neuropatías que encajan con lo que me pasa (hematocrito al margen). Así que ahora hay que tratar el hematocrito alto y le vitamina baja. Yo me he armado de valor y le he preguntado lo que llevaba días esperando preguntar, a saber, si puedo tener "algo malo". Las comillas son como un eufemismo que todos entendemos. Él ha dicho que hay que hacer pruebas pero que tras la exploración preliminar no tiene la cosa ninguna pinta de que sea "algo malo". Y entonces, de manera inesperada, ha soltado una frase que ha provocado una breve reunión urgente con mi yo interior. Apoyando la cabeza en las manos entrelazadas ha dicho lo siguiente:

-De todas formas la vida es una enfermedad que concluye siempre con la muerte.

(silencio)

Y mientras el silencio yo me he reunido conmigo mismo y esto es más o menos lo que ha recogido el libro de actas:

EMEJOTA: ¿Ha oído éso?
emejota: lo he oído, lo he oído.
M.J: un poco pedante, ¿no?
m.j: un poco bastante, la verdad.
M.J: ¿Y ahora que hacemos?
m.j: hacer como si nada.
M.J: ¿Hacer como si nada?
m.j: pues claro, es evidente que el hombre se quiere hacer el interesante.
M.J: ¿Y no convendría seguirle la corriente dadas las circunstancias?
m.j: ni hablar. Precisamente por las circunstancias no hay que seguirle la corriente para que no se despiste y siga con los sentidos puestos en mi cogote, que es el suyo también, no lo olvide.
M.J: estoy de acuerdo, pero sigo pensando que me ha parecido un poco pedante.
m.j: yo de momento sigo pensando todavía, que no es poco.

Y esa ha sido la reunión. Cuando he salido de ella el neurólogo escribía algo en unos folios y luego ha rellenado unas solicitudes de pruebas.

Él: ¿Es usted raro para comer?
Yo: soy raro en general.
Él: ¿le resulta raro comer verde?
Yo: me resulta rara la pregunta
Él: que si come lechuga.
Yo: Sí, pero eso no es nada raro.
Él: Pues coma lechuga. Y estas pastillas. Y estas otras.
Yo: ¿las pastillas son raras?
Él: las pastillas son pastillas y están para tomarlas. Nos veremos a principios de Enero si hay algo raro.

El neurólogo es un señor muy raro pero al menos no ha torcido mucho el morro y eso es algo. Eso he estado pensando mientras cenaba una ensalada de lechuga. Las pastillas ya las he tomado.


8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

B12 no era un planeta?

5:28 a. m.  
Blogger emejota said...

Pues no lo sé. Me suena el asteroide B612 pero debe ser muy pequeño.

12:36 p. m.  
Blogger Paralelo 49 said...

Sí, ¿por qué le pondrán nombre de asteroides y planetas a las vitaminas? Qué cosa...

2:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

O un bombardero de la 2ª Guerra, "alomejó".

Me alegra saber que esta última visita ha resultado ser esperanzadora. Eso y el poder conocer a un tipo raro que hace muecas y no es un mimo (¿sería un buen fichaje para jugar a la películas?).

Lo que espero, Emejota, es que por lo menos tengas unas navidades más tranquilas que este último mes. Con ese deseo te deseo unas felices fiestas.

Deseo que hago extensivo, claro, al resto de los que, como yo, acampamos en este Norte de vez en cuando.

Saludos a todos,

Ferre

3:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡FELICES FIESTAS DON MARIANO!

Y COMO NO, A TODA LA CONCURRENCIA...

PD:¡LO DE LA B12 NO ES PARA LOS COMAS ETILICOS?
ME PARECE MJ QUE ESTE AÑO NO SE TE VA A SUBIR EL CHAMPAGNE A LA CABEZA.

12:28 a. m.  
Blogger Miguel Cane said...

Mariano,

Fuerzas.

Todas.

Desde California,

este león errante.

12:40 a. m.  
Blogger Unknown said...

(Si es que raro ese señor sí)

(he tenido que leer "su frase" unas cúabtas veces)

Me alegro de que los morros no se tuerzan. Mucho.

Un beso y un abrazo desde la ventana de enfrente.

10:39 a. m.  
Blogger emejota said...

Vamos a ver, celusceli:

Para poder hacer muchas de las cosas que cuentas se necesita algo tan sencillo como importante: estar en condiciones.

Observo con inquietud y desconcierto que a veces nos cuesta adivinar esto. Personalmente, a mi eso me afecta mucho, y los médicos se enfadan porque dicen que lo que faltaba, que me preocupe por esas cosas, que allá la gente.

Yo leo los comentarios cuando puedo, celusceli, pero los leo y recibo notificación de todos. Piensa que este es un blog grande y que a través de una búsqueda de Google pueden llegar al día varios comentarios en posts perdidos en el archivo del año 2005. Pero vuelvo a decir lo mismo: a veces se puede contestar, otras no. De la misma forma, a veces se puede atender el teléfono o tomar unas copas pero otras no, y desde luego la imposibilidad no se debe a ningún capricho, te lo puedo asegurar. En estos casos se suele apelar a algo que se resume en una palabra: comprensión. Y que eso no sea mi problema, como tantas veces me han dicho los médicos estos días, no quite para que sienta disgusto y cierta impotencia. No se trata de rechazar el afecto, en modo alguno se trata de eso, pero es que los afectos empiezan por la comprensión de una situación que, aunque se tamice con cierta ironía, posee un fondo que la mayor parte de los lectores creo que han percibido.

Y dado el "respeto" al que hacías alusión en tu post del 19, pediría afectuosamente que zanjáramos el asunto aquí y no le demos más vueltas. Porque me está afectando mucho.

6:53 p. m.  

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