19 marzo 2007

Novedad

Este fin de semana deja una novedad un poco rara. Resulta que volvía yo de la cena del viernes siendo ya sábado cuando al llegar a casa, mientras me ponía el pijama, le dije a la impresora que por favor me imprimera un par de folios de papel pautado, concretamente una plantilla coral a cuatro voces y antes de acostarme las dejé en el atril del piano.

Es muy raro.

Sí porque, aparte de que va para tres meses que no abro el piano, va para ocho que no compongo nada. Pero ocho años, no ocho meses. La verdad es que mi carrera como compositor fue breve en todos los sentidos: pocas obras y cortas. Es que no me da para más porque soy muy autoexigente y, para colmo, poco imaginativo. Todas las obras que he compuesto tienen en común haber nacido tras un parto dolorosísimo y siempre con el estímulo de una causa externa, qué se yo, una combinación tímbrica, un acorde determinado, el color de una escala exótica escuchada en el transcurso de una obra... Por eso cuando un día el catedrático de composición me dijo que se acabó lo de las obras cortas y de plantilla pequeñita, sacó el programa del curso, me lo enseñó y ví lo que ví le dije: tiene razón, se acabó. Y así fue, pero del todo.

Hasta la madrugada del sábado.

Qué cosa más rara. A saber qué asociaciones mentales produjeron los acontecimientos ocurridos entre la entrada al restaurante y la vuelta a casa subiendo por el ascensor mirándome al espejo, que me llevaron a pedirle a la impresora que me dibujara las líneas mientras me ponía el pijama. O quizá sean los kilómetros de caminatas, que sigo con ellas; o quién sabe si los efectos del Voltarén. Mira, ahora que lo pienso, a ver si va a ser eso, porque cuando estudiaba composición mi musa era el Voltarén Retard. El resto del fin de semana he estado mirando el papel pautado de vez en cuando pero nada más y estoy un poco inquieto, pero no inquieto a mal, yo ya me entiendo; es como si barruntara algo que tiene como objetivo las líneas de esos pentagramas agrupados de cuatro en cuatro. Pero no tengo ni idea, palabra.


7 Comments:

Blogger Unknown said...

El naranja y el azul quedan muy bien sobre el papel pautado

8:28 a. m.  
Blogger emejota said...

naranja y azuuul??? (azul Debussy?) ya no son blancas y negras como antes?? Jesús, cómo cambian las cosas en ocho años...

:P

3:25 p. m.  
Blogger El cuenta cosas said...

De un genio como tu, solo (solo dice) puede salir una genialidad (que no es poco) ;)

Ánimo con el periodo de gestación de la criatura y con el parto, que ya sabes que aunque sea doloroso y costoso luego el postparto resulta muy gratificante. =)

Un abrazo

5:49 p. m.  
Blogger Tudelano Impopular said...

A mí la creatividad me hace sentirme vivo. Espero que a tí también. Y lucha contra autoexigencia, es el sexto jinete del Apocalipsis.

9:36 p. m.  
Blogger emejota said...

(Qué exagerao, eram...)

Gracias por los ánimos; haré caso del cursillo de preparación al parto y haré lo de las respiraciones y esas cosas ;)

Un abrazo

12:10 a. m.  
Blogger emejota said...

La creatividad nos hace sentirnos vivos a todos, causal. Pero en lo de la autoexigencia yo haría un cambio de preposición: más que luchar contra la autoexigencia creo que hay que luchar con la autoexigencia al lado, como aliada. Creo que es fundamental en todos los campos: en el redondeo de una frase, escrita o melódica, en el armazón de la forma, en la dosificación de pausas o en la búsqueda de la réplica ingeniosa. Y creo que, como decía Stravinsky, cuantas más barreras te autoimpongas más libre te sientes para crear: al otro lado de la autoexigencia razonable que se funda en la confianza en uno mismo se encuentra, paradójicamente, lo esencial, lo sencillo, la destilación del proceso previo. Así lo entiendo, no lo concibo de otra forma. Y así lo busco, dentro de mis posibilidades (pero eso ya lo sabes)

;)

Un abrazo.

12:18 a. m.  
Blogger El cuenta cosas said...

Y tus posibilidades no son pocas, yo se que saldrá una genialidad, estoy seguro. Lo de las barreras es totalmente cierto, pero ahora no hablo de componer por que para eso no valgo, yo lo aplico tambien al tocar algun instrumento. El pensar que una determinada obra solo la pueden tocar los "grandes" te saca un poco de esa orbita poniendote una barrera invisible que te va a impedir interpretarla. Sin embargo, si tomas esa barrera como algo invisible y empiezas a estudiar por tu propia cuenta sin caer en el nivel o curso al que pertenezca una obra es muy posible que al final te salga, o que te metas un tortazo (puede pasar de todo). Con la composición tambien pasa lo mismo. Ánimo!

Un abrazo

8:05 a. m.  

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