Duende
Yo sigo en mi empeño de seguir el rastro del duende allá donde se manifieste. La señal llega ahora del Festival de Cine de San Sebastián, donde le han dado la Concha de Plata al Mejor Actor a Juan José Ballesta por su papel en "7 vírgenes". Al parecer, en la decisión del jurado tuvo mucho que ver la obstinada insistencia de su presidenta, Anjelica Huston, que en este blog está en éxtasis permanente en lo alto de una escalera. El caso es que dicen que nada más ver al chaval en la pantalla, la Huston exclamó entusiasmada: "Este chico es una estrella, este chico es una estrella". Y aún parece que luego lo dijo de nuevo: "Este chico es una estrella". La Huston tiene un fino olfato para detectar las encarnaciones del duende.
A Juan José Ballesta, 17 años, la noticia del premio le pilló haciendo botellón con sus colegas en la madrugada de Parla, que es donde vive. Llegó a San Sebastián con camiseta sin mangas y vaqueros desgastados de chico de barrio y con la esperanza de poder irse de pinchos por lo viejo y el firme propósito de no llorar, que dice que él no llora nunca, a ver. El chico no tiene la menor intención de trasladarse de Parla a Madrid. Dice que ni hablar, con el asco que le da Madrid con tantos coches y tal. Su papel en "7 vírgenes" no fue nada difícil porque en su barrio pasan las mismas cosas que en la peli: "si te metes en un marrón con algun tío, te llevas una hostia". Tampoco piensa estudiar interpretación ni nada de eso porque no le gusta estudiar. "Llego a clase y me duermo, por eso dejé el instituto, prefiero estar con los colegas". Pero la cámara sabe que cuando le mira a los ojos y capta su sonrisa surje la chispa del milagro.
Juanjo Ballesta posa para las fotos mientras les dice a los periodistas que tiene rolletes pero que de novia, pasa, con la misma naturalidad con la que suelta que las escenas de sexo de la película le tenían todo el día empalmado. Su madre esconde la risa llevándose la mano a la boca mientras espera discretamente en un rincón lejos de los flashes. "Yo es que al cine voy siempre con mi madre porque luego me lleva a cenar a sitios chachis". El premio se lo ha dedicado a sus padres, a su hermanilla y a sus colegas, El Angelillo, El Gitano, El Moro y dice que en cuanto vuelva para Parla lo primero que hará será ir a casa de su abuela a comerse un buen cocido. Con dos cojones.
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13 Comments:
Pues simpático el chico, y talentoso, que bien. Veo su carita y me gusta, su sonrisa parece decir: "tengo frente a mi el mundo para hacer con él lo que desee y la vida me permita".
No he visto "Dublineses" ¡y quiero verla!, desde que la comentaste mi deseo es enorme, pero no he tenido tiempo. Pero la veré, eso sí puedo asegurarlo.
Un beso, Mariano.
Ojo. Que el chaval tiene duende no lo dudo, pero yo me adhiero a la opinión de Angel S.Harguindey ayer en El País en la que decía que darle el premio a la mejor interpretación a Juanjo Ballesta por hacer de Juanjo Ballesta despierta un tufillo de cierta misericordia hacia el cine español, que se iba de vacío (¿Qué va a pasar con Obaba? me huele a fracaso) en uno de las recientes ediciones en las que más pelis españolas había en Sección Oficial.
Juanjo tiene duende, José Antonio Félez lo sabe. Al parecer, Félez, inteligente productor de El Bola y de 7 Vígenes, que ejerce de padre espiritual del chaval, lo rescató para el cine cuando casi lo había abandonado voluntariamente tras comprobar de primera mano lo duro de empalmar dos o tres rodajes y promociones seguidas.
Va a estar en el próximo proyecto de Santi Amodeo en un papel algo distinto al chico de barrio (interesante director, os recomiendo "Astronautas"). Producido también por Félez (Tesela), que parece que le guía por la senda del cine honesto y equilibrado entre la comercialidad y la independencia.
Ojalá no se desvíe de ese camino.
salud.
Yo también desconfío de estos premios tempranos. Ya se verá. No conozco las pelis del palmarés pero así, a bote pronto, parece que todo ha sido un poco cutre, la verdad.
Y conste que a mí en los 70 el cine checo me gustaba...
Saludos.
No tardes en verla, Magda. "Dublineses" es un regalo. A mí las sensaciones que me produce (entre la satisfacción, el dolorcito que produce el impacto de lo bello en el corazón y su profunda melancolía) me recuerdan esa frase de Pessoa: "No es alegría ni dolor ese dolor con que me alegro"...
Un beso
Causal: leí ese artículo pero creo que mezcla dos cosas distintas: qué tendrá que ver el reconocimiento concreto a un artista con la denuncia de una crisis en el panorama general. Le están diciendo al chaval poco menos que de las gracias, que si las cosas fueran distintas se lo comería algún Bardem. Pero eso no quita que su actuación haya traspasado la lente de la cámara. Me parece muy injusto, aunque lo del panorama triste del cine español sea indudable, eso está claro.
En cuanto a que a Ballesta le premian por hacer de Ballesta no tiene nada de extraño dado que el duende habita en él, no? Y una reflexión: ¿no premian a José Luis López Vázquez por hacer de él mismo? ¿Y a Verónica Forqué, Carmen Maura...? ¿Y qué decir de Don José Isbert?
Y sobre el panorama triste del cine español: en mi modesta opinión, hay mucho cortometrajista brillante que sabe -con inteligencia- que lo suyo es eso. Como el escritor que sabe que lo suyo es la distancia corta -y dificilísima- del cuento breve en lugar de la novela (cuántos fracasos ha habido en el salto del cuento a la novela). Lo que ocurre es que aquí hay mucho cortometrajista que se mete al largo con miras cortas y claro... Ay, vanidad. Y luego está el tema de siempre de la falta de alma en muchos directores que, por apaños de márketing, aparecen como gurús intocables y que son más grises que ni sé. ¡Erice, échale huevos y repite el Shangai ese de Trueba, coño!
Al tal Félez, nuestro agradecimiento.
Un abrazo, causal, nos vemos pronto que tenemos algo pendiente.
(gabriela, luego te contesto que me están esperando, pero te dejo un beso mañanero)
Ya estoy aquí, Gabriela (saludos de Eva!)
Yo no creo que haya premios tempranos o tardíos. Se premia cuando lo que se hace, sea cuando sea, es sobresaliente. Uno puede causar admiración en su debut o bien ofrecer un hermoso canto de cisne al final de su carrera.
Lo que no termino de entender es cuando los mandamases de los festivales empiezan a visionar las películas con meses de antelación y se llevan las manos a la cabeza de lo que les viene encima. Yo que ellos salía a la palestra y decía: señores, este año no hay festival porque no hay nada que festejar. Así nosotros ahorramos y ustedes, mientras tanto, se ponen las pilas.
Es una fantasía, claro, pero yo sería capaz. Luego que me echen.
Querido emejota ¡cómo me fastidia tener que darte siempre la razón!
Besos.
Es más, ¿por qué hay que dar premios en un festival? ¿No basta con intentar exhibir un puñado de buenas películas y posibilitar contactos para su distribución?
Y si recordamos las numerosas veces que los premios son abucheados (no sólo en San Sebastian), ¿no es mejor ahorrarse el trance? Y si no hay premios, no hay jurados y así el dinero que se emplea en pagarles se emplea para la proyección de ún film más o se mete en un bote para la restauración de uno antiguo o simplemente no se gasta.
Pues básicamente los premios se dan para dedicárselos a la familia y al productor, que sin él ésto no habría sido posible; y si eres Almodovar para dedicárselo a la "Virgen of the Macarena" :D
Ahora en serio: sirven para hacer taquilla. Seamos sinceros: cultura, cultura... qué leches. Negocio puro y duro. Un festival de cine es una feria de muestras de la industria y me parece muy bien, ojo. Si de paso sale algo decente, pues mira, eso que ganamos.
Existe un criterio (o una falta de él) muy extendido que selecciona las películas a visionar en función del número de premios conseguidos.
En fin, a mí es que el mundillo que rodea a los festivales de cine me pone del hígado. Se ha notado no?
Saludos.
Emejota, yo voy a defender los festivales, no sólo por la cuenta que me trae, sino porque sí que creo que son un regalo para el cinéfilo espectador.
Yo llevo unos cuantos años yendo al festival de San Sebastián. A lo que voy, desde luego, es a ver películas.
De hecho, voy a meterme una sobredosis de pantalla, a razón de tres o cuatro sesiones al día, incluyendo sesiones matinales, de las que no puedo disfrutar ninguna otra vez al año.
Las tertulias entre proyección y proyección, los bodrios que a veces nos tragamos (siempre elijo yo la programación y luego tengo que aguantar las bromas), los hallazgos que luego no se estrenan y que sólo nos quedan en el recuerdo, los coloquios, los pinchos, la Concha .... en fin, uno de los mejores fines de semana del año.
El palmarés, el glamour, la prensa, los cazautógrafos, son otro ingrediente más (unos años más vistoso, otros menos) con el que aderezar el verdadero plato: Cine con mayúsculas, cine al por mayor, a granel, a mansalva, por un tubo, la fiesta del cine.
Y no soy el único, San Sebastián se distingue por la afluencia masiva de público a todas las sesiones, mucho más que cualquier otro festival glamouroso de su categoría.
Así que pese a todo, vivan los festivales de cine (como espectador) !!
salud.
Hola causal: te entiendo perfectamente porque me estás dando una visión del festival como espectador, cinéfilo, fan, entusiasta, todas esas cosas que, por cierto, nos unen. Pero observa que mi crítica es hacia la maquinaria movida por la industria en un festival gordo. Hablo de las tripas, vamos. A la industria le dan lo mismo los fines de semana de pinchos y tertulias, ya lo sabes. Sin embargo, comprendo que para el cinéfilo que va a un festival tiene que ser emocionante ir a mear y hacerlo al lado de Fritz Lang, como creo que todavía cuenta cierto dinosaurio, lo que no sé si con fantasía Jurásica :D
Por tanto, sí que estoy de acuerdo en tu última frase, pero por el matiz del peréntesis, eh?
Un abrazo
Bueno las cosas resumidamente: El chaval sta bueno de cojones. Es majo un rato, y tiene soltura pa aburrir. Ademas tiene una sonrisa preciosa y una mirada alucinante. Pues eso, que bss bola. Ya nos veremos. ciao
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