19 octubre 2005

Mirada



Puede que una imagen valga más que mil palabras (que yo tengo mis dudas), pero lo que sí tengo claro es que no hay palabras que valgan para describir miradas como ésta. En casos así se recurre a la música. El "Momento musical" en fa sostenido menor de Franz Schubert es el mejor comentario posible a la mirada impotente y asustada de este niño que, en un amanecer frío, sabe que está contemplando por última vez el rostro del amigo al que unos oficiales nazis han venido a buscar.

Sucede en "Adios muchachos", de Louis Malle, y el escalofrío que resulta de la unión prodigiosa entre la música infinitamente hermosa y triste de Schubert y este rostro que tirita de frío y de miedo está recogido, intacto, en un disco de plástico y plata insertado en una cajita de cartón. La filmoteca FNAC continúa cosechando milagros. Que sigan.


6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y aprovechando que a esta hora inhumana parece que blogger se compadeció de mí, también aprovecharé para decirte que esta hermosa película de Malle es una de mis favoritas ¿por qué será que estas infancias deshabitadas nos hablan tan elocuentemente de nosotros mismos?
Estos principitos desterrados y errantes, estos peterpanes que van volando, estos niños de la guerra? Hay una película que vi una vez y me hirió. Se llamaba "Juegos prohibidos" de René Clement, con música de Narciso Yepes. Si alguna vez la ves (dicho todo con la "ese"), acuérdate de mí. Contiene algo que estoy segura que te hablará de esto que es un leit motiv compartido.
Besos.

1:42 a. m.  
Blogger emejota said...

¿Podrías responder tú misma a esa cuestión? Lo digo en serio, porque me interesa muchísimo y yo no encuentro respuesta para esa pregunta.

(a mi me producen mucha ternura los Niños Perdidos, lo que pasa es que de un tiempo a esta parte tengo la inquietante sensación de que quizá yo mismo sea uno de ellos)

Veré la peli y me acordaré de tí. En realidad, no hace falta ver ninguna peli para acordarme de tí. Imprescindible Gabriela.

Un abrazo

6:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo tengo la respuesta, emejota. Sé lo que nos separa del mundo de los otros y lo que nos une entre nosotros. Sé cuál es la clave de reconocimiento. Pero no voy a hablar de ello todavía.
Un beso.

10:33 p. m.  
Blogger emejota said...

(qué misterio dejas en el aire...)

2:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, no hay misterio, tiene que ver con la presencia de la muerte en la infancia, pero es que no quiero pasar de ahí.

12:06 p. m.  
Blogger emejota said...

Era una apreciación entre irónica y poética. Cosas de escribir a esas horas altas de la madrugada. Hay algo en lo que has dicho que me ha hecho saltar de la silla por coincidencia de pensamiento. Espero lo que haya que esperar hasta que pasemos de ahí (y si no pasamos, no pasa nada).

Un abrazo

12:51 p. m.  

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