07 octubre 2005

Excepción

James Barrie y Michael Llewelyn Davies, Peter Pan, en los Jardines de Kensington (1906)

A finales del año pasado, y coincidiendo con el centenario del estreno teatral de "Peter Pan", decidí proponerle al director del Museo de Arte Moderno de mi ciudad una conferencia sobre el autor y su criatura, a ver si colaba. Debo reconocer que la idea no fue recibida, en principio, con el recelo que yo me esperaba, pero se me pidió un pequeño informe explicativo. Nada, unas cuantas líneas serán suficientes, se me dijo. Me puse a ello y todo lo que se me ocurrió fue lo que sigue, que entregué puntualmente a la mañana siguiente:

Hay varias razones que llevan a un músico a evocar, en una tarde de Navidad, la imagen en sepia de un escritor y su más célebre personaje. He aquí algunas:

-Una estatua en un jardín
-Una ventana cerrada
-Una función de teatro (no quedan entradas)
-Un niño que se muere
-Un viejo álbum de fotografías
-Una isla y algunos piratas
-El 1 de agosto de 1901, por ejemplo.
-Un par de cartas escritas al revés.


Había alguna cosa más en la lista pero no importa porque la propuesta fue aceptada de inmediato y yo me puse muy contento. Que un trabajo sea una suerte y un placer es un lujo que se da muy pocas veces. Soy un entusiasta del tema.

La conferencia se programó el mismo día y a la misma hora en que, 100 años atrás, se había levantado el telón en un teatro londinense para mostrar, por vez primera, al niño que no quería crecer. Como le doy mucha importancia a las atmósferas, decidí dejar la sala en penumbra, iluminada tan sólo por una lamparita de luz cálida alumbrando mi mesa, que estaba colocada a un lado del escenario, y por el reflejo en sepia de las fotografías de la colección Barrie que se materializaban, fantasmales, en la pantalla emplazada en el centro.

Era una tarde gélida de navidad, factor que aumentó mi inquietud ante el posible resultado de una convocatoria tan arriesgada. Se llenó. Recuerdo aquella velada como algo especialmente hermoso, como si a la luz de la lumbre hubiera contado un cuento ante el silencio expectante de unos oyentes absortos. Empecé la charla de la única manera que se puede comenzar una charla sobre "Peter Pan", diciendo que "Todos los niños crecen excepto uno". Y lo hice porque esa frase es el elemento fundacional del mito, porque es la frase que encabeza el relato y porque me encanta la sorpresa que, inesperadamente, aguarda justo a su terminación. Pero sobre todo lo hice porque sé (porque lo he visto, porque me lo encontré un día de repente) que esa frase es cierta. Todos los niños crecen. Excepto uno.


21 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No dejan de sorprenderme día a día tus post. En este descubró lo importante de nuestra niñez. Yo fui una afortunada con una niñez feliz, que recuerdo en muchos momentos con gran nostalgia. Y como canta Luz Casal, en muchas ocasiones "Busco entre mis Recuerdos" esos días llenos de felicidad (algo así como tus recuerdos del verano). Sobretodo cuando me pesa algo de esta vida de adultos.
Gracias por evocarnos esas épocas.
fflaquis@hotmail.com

3:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Buenos días, emejota. La lucecita ¿era Campanilla y se fue después de la conferencia a Nunca Jamás?
Saludos.

7:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Y cuándo crees que un niño se da cuenta de que ya es un adulto? ¿Cuando ya pierde la ilusión por las cosas sencillas que antes le ilusionaban? ¿Cuando descubre que quizás sus sueños más deseados no lleguen a cumplirse nunca? ¿Cuando pierde las ganas de seguir aprendiendo?¿Cuando,se de cuenta de que, lo quiera o no, en esta vida va a tener que pasar por el aro de muchas cosas que contradicen lo que él siempre había tenido por un principio? ¿Cuando los días se convierten en rutina y no en una nueva oportunidad de sorprenderse, (un, "¿qué pasará hoy?")?¿Cuando vea que quizás los padres no lo sepan todo?¿Cuando piense que ya lo ha visto todo, que ya todo le suena, y que ya poco le queda por aprender en esta vida?...¿O CUANDO PIERDE LA FACULTAD DE SOÑAR DESPIERTO?...bueno, así podría seguir durante horas...
¡Por cierto, realmente va a ser urgente que me busques un nombre, porque se te acumulan las usuarias anónimas, y al final no vas a saber quién es quién, :p! El ordenador de tu cabeza sigue procesando, ¿verdad?

9:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No conocía las fotos de Barrie. Hay algo en la personalidad artística que hace que muchos hombres y mujeres tengan ese llamado complejo de Peter Pan. Tiene que ver con las demandas de la llamada 'madurez': poder, dinero, éxito social...que a muchos no interesan. Toda personalidad adulta que no pugna por esos valores (mejor sería llamarlos contra-valores), es vista como infantil o peterpanesca.
Yo no creo que la infancia sea el territorio de la inocencia. Pero hay una autenticidad en ella que es incompatible con la 'madurez'.
Para mi no es nostalgia. Es frescura y candor, capacidad de asombro, sincero entusiasmo por las pequeñas cosas. Mirada transparente.
P.D.

Al margen de esto, sugeriría a la usuaria anónima una cosa muy sencilla: que firme con su nombre. Y perdón que me meta donde no me llaman.
Besos a todos.

1:50 p. m.  
Blogger emejota said...

Contemplar las fotos de Barrie es una experiencia inquietante, Gabriela. Atrapa muchas cosas en ellas. Busca una mirada que va más allá de la mirada y, sobre todo, son testimonio de un instante que siempre es único.

Peter Pan no es inocente como tampoco los niños, pero por una razón: el término "inocencia" es un término definido por un adulto desde su propio mundo, que es tan distinto.

Yo conocí a Peter Pan una tarde de Noviembre. Iba caminando con los brazos extendidos haciendo equilibrios por la imaginaria cuerda que era, en realidad, la línea de sombra que un edificio proyectaba en el suelo. Su aspecto era de adolescente, con el pelo muy negro, la camisa por fuera y una sonrisa nueva. Yo tenía entonces 24 años. Él 30. Me costó creerlo.

El destino nos unió tiempo después por casualidad. Hoy somos amigos, al menos, todo lo amigo que se puede ser de Peter Pan; viene, va, juega todo el rato, no entiende que exista el dolor de cabeza, te hace rabiar, construye molinillos de viento y a veces se queda en silencio mucho rato. No comprende que yo pueda perder el tiempo delante de un ordenador ni que el piano tenga teclas negras. Una vez encontró una Wendy rubia pero creció (ella) y una noche encontró la ventana cerrada. Tiene el techo de su habitación repleto de estrellitas fosforescentes y lee sólo las páginas pares de los libros. A veces, se escapa a una playa desierta del Norte en la que siempre hay viento y dunas y nunca nadie. Una vez me llevó con él y me di cuenta de que aquello era, a su manera, Nunca Jamás. No sé si a mi amigo le quiero porque es muy frágil o porque es muy fuerte. Pero hay noches que estoy escribiendo ante el ordenador y creo sentir una sombra en mi ventana.

Lo último que supe de él es que Wendy ahora es morena. Yo me alegré mucho, pero no pude evitar pensar que también ella crecerá.

A lo que voy, es que en el universo de un niño que no quiere crecer no podemos acceder. Siempre fracasaremos porque pondremos etiquetas a conductas que ellos desconocen. Si te encuentras a Peter Pan, sea él o ella, panadero o peluquera, te cambiará la vida. Sufrirás mucho pero también vivirás alegrías irrepetibles. Cuántas veces he recordado a Exupery cuando dice de su principito: "No sabía qué decirle, cómo llegar a él... Es tan misterioso el país de las lágrimas..."

12 años después, Peter Pan sigue teniendo aspecto adolescente, el pelo negro, la camisa por fuera y sigue jugando con su sonrisa nueva. Va para 42.

Un abrazo.

3:03 p. m.  
Blogger emejota said...

fflaquis: a mí estos días me está pesando mucho la vida de adulto, de ahí el recuerdo que me ha hecho escribir el post.

Gracias a tí por estar ahí.

Un abrazo

3:06 p. m.  
Blogger emejota said...

Mi querida anónima:

Cuando alguien pierde el interés por las cosas sencillas no deja de ser niño, sino que empieza a ser viejo. La niñez y la vejez son estados del espíritu. Barrie, siempre tan misterioso, hizo que la madre de Wendy la viera jugar en el jardín y le hizo estremecerse con este pensamiento: "Los 2 años son el principio del fin"...

Yo creo que Gabriela tiene impaciencia por saber tu nombre, que es la misma impaciencia que la mía. Quizá te animes a echarnos una mano con ello. A ver si este fin de semana me pesa un poquito menos la vida de adulto a la que hacía referencia en el comentario anterior y se me ocurre algo.

Un abrazo

P.D: se me olvidaba! Gabriela: lo de la lamparita es un fetiche. Siempre doy mis charlas y mis clases con ella si es invierno :).

3:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo estuve ese día en esa conferencia. Fue una bonita tarde de navidad, de esos días que no son nada, entre navidad y nochevieja, y que a mi me encantan.Una tarde de esas en las que el invierno congela manecillas de relojes y el tiempo pasa lento, casi ingrávido, como la nieve al caer, invitando a comer mazapanes en una mesa camilla, a media luz, como todas las conferencias de Emejota.
Espero pasar más tardes de navidad como aquella, la verdad.
Emejota, voy loco, pero a ver si quedamos.

4:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡Caray, es verdad!! Si no lo mencionas, no me percato que a Gabriela le está empezando a incomodar mi anonimato, y nada más lejos de mi intención. No lo había leído. De todas formas, Gabriela tiene razón. Un anónimo es para cuando no escribes de manera habitual, y lo mío ya está pasando a serlo, y solo consigo confundirte. Tampoco parece de recibo cargarte a tí con la búsqueda de un nombre, que bastante tienes ya. Asi que, "Nadie" creo que será un buen nombre. Suficiente, al menos :)

6:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Huy, huy, no, no me incomdas, usuaria anónima...perdón si lo ha parecido. No sé por qué soy muy brusca, será porque tengo mucho carácter y eso se nota cuando escribo, pero yo sólo daba la idea más simple que se me ocurría sobre el caso. Yo simplemente lo decía porque a qué buscar un nombre si ya se tiene uno. Lo decía por pura lógica y sin ningún mal rollo ni nada parecido. Ay, yo sé que a veces hablo cuando me tengo que callar. Perdón a emejota y a usuaria anónima.
Y besos vespertinos.

7:00 p. m.  
Blogger Magda Díaz Morales said...

"¡ah!, la de un pirata es la vida mejor, se vive sin trabajar, y cuando se encuentra con una sirena se queda en el fondo del mar, ¡sí! se queda en el fondo del mar" .-. (se supone que es una nota musical porque al escribirte este párrafo, lo he cantado).
Peter Pan es uno de mis cuentos favoritos. Cuando niña soñaba con ir al "País de nunca jamás" a visitar alos niños perdidos y soñaba, también, con conocer a campanita (por cierto, un mote que me pusieron en la secundaria, y jamás supe por qué, la cosa es que así me decían).

Si yo hubiera sido la responsable de decir no o sí sobre esta obra y leo lo que escribiste, tecontrato, pero no solamente para esta puesta, sino ¡para miles de puestas! es bellísimo, Mariano.

7:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo, como siempre, abogado del diablo (aunque no sea ni abogado ni diablo, en seriooooo): si la inocencia es una virtud de la infancia, ¿no es menos virtud la templanza de la madurez? Por cierto, es mi sensación o ahora ¿los niños son menos niños? O, mejor dicho, ¿son niños menos tiempo?

Sobre Peter Pan, os recomiendo la versión que hace Loisel en su tebeo (5 tomos publicados por Glènat), de lo mejor de él después de La Búsqueda del Pájaro del Tiempo. Sin dejar de reflejar esa infancia de la que todos hemos disfrutado, enfoca de forma distinta ese mundo añadiendo claros toques dickensianos (en su vertiente social).

¡Saludos!

PD: Gabriela, si tu eres brusca al escribir, entonces yo ya no sé qué debo ser. De loco peligroso para arriba, digo yo. :-P

8:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No tienes por qué disculparte, Gabriela. Lo que decías es perfectamnete lógico, y ni por un momento me has importunado ni nada de eso. De veras, no tienes de qué preocuparte. No me ofendo por tan poca cosa :).Yo también soy muy impulsiva a veces, y digo cosas cuando no debo. Pero éste no ha sido tu caso ahora. Un cordial saludo.

8:29 p. m.  
Blogger emejota said...

A ver, por partes:

Causal: no te preocupes, no hay prisa. Llama cuando quieras.

Nadie: nadie ya es alguien, pero ya puestos, me atrevería a sugerir un cambio de vocal: convertir nadie en nadia. Más que nada porque si digo "querida nadie" me voy a sentir como el Sombrerero Loco de Alicia tomando el té, y no me importa pero es que el té no me gusta :) Sin embargo, si digo "querida Nadia", la cosa cambia bastante a mejor. ¿No crees?

Gabriela: no tienes nada que perdonar, mujer. Y besos.

8:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Perdón, donde dije 5 tomos, debía haber dicho 6. Disculpen el error.

8:38 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola Magda!

Escribí lo que escribí de esa manera primero porque, como no las tenía conmigo de que el proyecto sería adelante, al menos quería dejar constancia de mi homenaje a Barrie escribiendo algo a la manera "peterpanesca".

Si alguna vez cumples tu sueño de ir a Nunca Jamás llévate abrigo: siempre sopla aire frío.

Un beso y muchas gracias.

8:40 p. m.  
Blogger emejota said...

Ferre: yo conozco maduros poco templados. Lo más templado que conozco es el clave de Bach que, como sabes, no tiene ni 5 ni 6 tomos, sino 2 :D

Gracias por la recomendación. Yo me permito aportar la lectura de una joyita minúscula en la forma, que no en el contenido. Atención gourmets: el guión para la realización de un cortometraje sobre Peter Pan escrito por Leopoldo María Panero. Exige, en el prólogo, que si se hace que sea en blanco y negro, y todo el rato hay una voz susurrante que dice en off: "déjame entrar, déjame entrar..." (ay)

Un abrazo

8:44 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido emejota, he visto a tu Peter a través de tus palabras. Y comprendo la indefensión del que contempla desde la otra orilla sin poder acceder excepto a esos destellos de luz que va dejando a su paso, cuando pasa su sombra.
He buscado las fotos de Barrie y no las encontré. Sólo unas muy convencionales y serias. Hace poco leí una biografía ( a raíz de ver la película), pero no estaba ilustrada. Las fotos de esa época tienen esa cualidad misteriosa del blanco y negro. Sólo conozco las de Lewis Carroll, que también, tela. Un saludo mañanero.

11:32 a. m.  
Blogger emejota said...

Querida Gabriela: hay un libro precioso y muy recomendable, "J.M Barrie and the lost boys" de Andrew Birkin que tiene una cantidad enorme de material gráfico, además de ser, posiblemente, lo mejor que se ha escrito sobre el tema. Pude hacerme con él gracias a amazon.

"Jardines de Kensington", del torrencial Rodrigo Fresán, es una novela que me gustó mucho, a pesar de la tendencia a la verborrea de su autor.

Lo de las fotos de Carroll es verdad: mucha tela. Pero que mucha, mucha. Existe un volumen muy gordo editado primorosamente por la Universidad de Princeton sobre el Carroll fotógrafo que merece la pena.

Como es muy tarde te dejo aquí los buenos días listos para mañana.

Un abrazo

2:58 a. m.  
Blogger Jeremy Fox said...

Peter Pan es uno de mis libros favoritos. Me lo regaló hace años una persona que era muy especial para mi. Muchas veces me han dicho que tengo complejo de Peter Pan. No sé muy bien si es verdad pero me sigo maravillando por muchísimas cosas que a los demás les dejaron de llamar la atención hace mucho tiempo.

Lo cierto es que yo visito de vez en cuando "Nunca Jamás" y siempre me parece un lugar nuevo. A veces es una flor, un amanecer, una sonrisa o se esconde tras los ojos de una mujer que me dio el beso que guardaba en un rinconcito de su boca.

En fin Emejota, que ya me has puesto romántico. Estoy deseando volver a Nunca Jamás...

... y a Moonfleet, por supuesto ;D

Un abrazo.

9:07 p. m.  
Blogger emejota said...

Entonces yo te deseo que nunca encuentres la ventana cerrada...

Un abrazo

10:10 p. m.  

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