17 noviembre 2005

Coda

Una vez, tras impartir un curso durante varios días, se acercó una señora que se identificó como psicóloga y me dijo algo que me dio que pensar: "en estas charlas te vacías emocionalmente, ¿ya te ocupas de recargar las pilas después?" Le pedí más información al respecto porque ante el cansancio físico todos sabemos cómo recargar las pilas, un buen sueño reparador, por ejemplo, pero me di cuenta de que no sabía qué había que hacer para recargar las pilas emocionales. La respuesta fue poco concreta, la verdad, quizá porque cada cual es distinto; habló que a veces un paseo en silencio bastaba, o un rato dedicado a tí mismo, o qué sé yo. Y terminó diciendo: si no recargas las pilas emocionales, te vendrá un bajón. Eso ya lo sabía yo: me pasa siempre. Es mi particular "resaca". ¿Lo ves?, dijo ella, pues tenlo en cuenta.

Así que hoy he decidido tomarme el día libre y dedicármelo a mí mismo. Después de pasar una temporada en el Norte se me ha ocurrido coger un tren regional para viajar al sur, a Zaragoza, rumbo a la FNAC. A comprar cd´s y dvd´s. Por el camino, Raquel me ha mandado un mensaje al móvil diciéndome que no gastara mucho, que nos conocemos. Lo ha escrito con una sonrisa, como si lo viera, a veces se ven esas cosas entre las letras. Tampoco es que uno disponga de un gran capital, ojalá fuera así, por lo que no había peligro, pero ha estado bien el recordatorio.

Al llegar me he dado un largo paseo, tranquilamente, porque la tarde estaba deliciosa, despejada y fresca, tan largo que debería haberlo escrito así: laaaaaaaaargo paseo y quedaría más ajustado a la verdad de los hechos. Luego he entrado en la tienda y tras pasar un par de horas arriba, abajo, y vuelta para arriba, éste ha sido el resultado de mi compra, que contiene hallazgos inesperados y emocionantes, como por ejemplo el dvd del histórico recital de Vladimir Horowitz en Moscú, recién salido del horno (por fín!). Luego he ojeado los nuevos lanzamientos de la imprescindible colección "classic archive" de EMI, que trae el recital de "La bella molinera", de Schubert, a cargo de Dietrich Fischer-Dieskau acompañado al piano por Christoph Eschenbach en una grabación de 1992.

Luego me he comprado el "Cuento de Verano" de Rohmer, que faltaba en la colección, y "Charlie y la fábrica de chocolate", de Burton, que me ha recordado las risas de Belén en el cine. Y ahora que no se ría nadie, ¿de acuerdo? Vale, pues ahí va: "Fantomas contra Scotland Yard". Sí, qué pasa. Hay películas que te marcan en la infancia... aunque luego las ves de mayor y sientes un desencanto horrible y te deprimes. Me parece que la voy a dejar sin desprecintar una temporada.

Por último, he pasado por los cd´s con la esperanza puesta en encontrar los Conciertos para piano de Ravel grabados por Monique Haas y recuperados hace pocas semanas por Deutsche Grammophon. Una vez en casa del pianista Pedro Espinosa le dije que la Haas hacía cosas muy bonitas en algunos Raveles y por poco me echa de su casa, con lo hospitalario que era el hombre, que te acogía como si fueras su hijo. Y sí, la Hass es un poquito de andar por casa, vale, pero sólo por lo bonitos que le salen los surtidores de agua en los "Juegos de Agua" y el gusto que le pone en algunos instantes a las piezas de "La tumba de Couperin" merece un respeto. El otro día leí en una publicación lo de la aparición del cd con los conciertos y aunque confieso que me parecieron un plato quizá demasiado fuerte para la Haas decidí que había que echarles un vistazo. Se han visto muchas sorpresas.

Se me ha pasado la tarde volando pero me he sentido relajado y entretenido, a pesar del soponcio que casi me da cuando en la caja registradora ha aparecido la cifra a pagar en lucecitas verdes. Al salir a la calle empezaba a oscurecer y se me ha puesto la misma tristeza en el pecho que me pesaba en los atardeceres de Barcelona cuando salía de las visitas del doctor Rotés, por lo que me he acordado de la psicóloga y de su comentario y de que todavía debo tener la cosa emocional bailando un poco. Me he comprado un donuts, que a mí el azúcar me "pone" y un botellín de agua. En el tren me he quedado dormido (eso también es un poco raro) pero me he despertado tan fresco, oye, así que aquí me tienes de lo más parlanchín, sin haber sacado siquiera la compra de la bolsa. Tengo un mail esperándome con el título "gould" que me intriga y que voy a leer enseguida, en cuanto me de una ducha.


2 Comments:

Blogger Unknown said...

Sabía yo que tenía que haberte quitado la tarjeta de crédito. Ays... si es que no puede ser. jajajaja es pura envidia.. luego te pedire tus adquisiciones para disfrutarlas. Es verdad me he reído mucho con tu sms... me vigilas?? ¿o has dejado a Wanda suelta? Un beso

10:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Recuerdo que en el colegio nos ponían -muy de vez en cuando- las películas de Fantomas y Louis de Funes y nos encantaban. Ahora parecen poca cosa, como bien dices. ;-)
No limites el descanso emocional a un día concreto. Todos los días necesitamos algo para encontrarnos mejor: un paseo, unas risas, una charla con amigos, cualquier cosa que nos evada del maldito «run run» que nos tiene loca la cabeza.

2:58 a. m.  

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