Oráculo
Hoy he estado de visita en la trastienda de este blog para ordenar papeles y pasar un paño por las estanterías para quitar el polvo acumulado. A mí me gusta pensar que las estadísticas que miden la audiencia de una página web tienen forma de señor que escribe con visera en un libro muy gordo y con letra esmerada a la luz de una lámpara de oficinista. De vez en cuando echo una ojeada a ese libro y no dejan de asombrarme los medios que muchos navegantes utilizan para recalar en estas latitudes. Hay quien llega aquí formulando una petición a ese oráculo de los nuevos tiempos que es Google: introduce su petición y la coincidencia, en todo o en parte, de lo buscado con lo que este blog contiene le conduce hasta aquí. Como a Google se le dan mejor los números que las letras, ocurre que a veces se empeña en señalar este lugar porque en la petición figura una palabra o un término que ha aparecido en algún post, sin importar que dicha coincidencia no tenga que nada que ver con lo que el consultante solicita.
Hoy, sin ir más lejos, alguien ha hecho su entrada a media tarde preguntando por "tiendas de hábitos de monjas". Imagínate. Con las simpatías que les tengo como para vender hábitos. Luego ha llegado aquí otro navegante tras teclear en el oráculo "hechizo para atrapar a un chico pero sin foto", así como suena, y el oráculo ha decidido mostrarle este blog. Tras el pasmo inicial he pensado que el oráculo no se refería a mí, porque ya puse el otro día mi foto, y no sé si eso me ha producido alivio o un poco de fastidio. Yo creo que ha sido por lo de "hechizo", que es una palabra que he usado varias veces, junto con "milagro" y "duende". Tengo que ampliar mi vocabulario.
Me sorprende y me ha divertido mucho comprobar lo solicitado que está Juan José Ballesta, cuyo nombre parece suscitar cierta alteración hormonal a tenor de lo que he podido leer: "fotos de juan josé ballesta en calzoncillos", "juan josé ballesta sin camiseta", "juan jose ballesta en vaqueros", "a qué insti va juan josé ballesta" y la mejor, "verle el culo a juan jose ballesta". Es conmovedora la creencia de la gente en el oráculo, como si Google pudiera acceder a sus deseos de verle el culo al chaval.
Evidentemente, yo tampoco puedo atender a esas peticiones pero, sin embargo, hay otras cuestiones de las que me ocuparía gustosamente de no ser porque el visitante no deja su tarjeta, como "a qué edad empieza a componer mozart" o "encontrar sonatas de scarlatti en partitura" o "caja negra pablo sánchez", que es un libro que prestaría encantado. Existe otra clase de peticiones de búsqueda con las que me identifico más, como son "hipocondriaco", "información sobre agorafobia" y no han faltado ocasiones en las que me he sentido aludido, como en "emejota laideadelnorte" o "emejota, enfermo, manos, tocar piano", que me ha dejado de piedra (sólo faltaba poner el número que calzo).
En fin. Le he dicho al salir al hombre del libro gordo que volveré de vez en cuando porque me ha parecido muy curioso lo que me ha enseñado y justo entonces se ha disculpado por no acompañarme a la puerta porque ha tenido que apuntar "cae la nieve dublineses". Y entonces ha empezado a sonar en mi cabeza la melodía de "La muchacha de Aughrim" y me han dado ganas de mirar hacia lo alto de la escalera. Un poco melancólico me he puesto, no te lo voy a negar.
4 Comments:
Voy a preguntarle a ese señor tan amable de la visera si sabe algo de mis visitas. Aún no le he visitado.
Seguro que sabe, lo que pasa es que tienes que preguntarle tú porque siempre está muy ocupado.
Mi nombre es Daniel Naranjo. Marinero a un océano de distancia radicado al sur (que es bien contrario al norte). Tiempo atrás me acerqué al oráculo y le pregunté por una imagen que me era recurrente: Manos, y el oráculo (que suele ser ambiguo y confuso) me respondió con una claridad abrumadora con una imagen de este puerto. Desde ese día, confieso, cuando he estado perdido en medio de tantos mares he buscado esta luz. Me enamoré de una fotografía y me quedé leyendo palabras y más palabras. Y como extrangero confieso que no entiendo muchas cosas. Un lenguaje extraño que habla de un tal Gould y de conciertos que no me son habituales... pero pese a eso, un lenguaje dulce al oido (o a los ojos) que me ha hecho regresar.
Si, lo confieso aunque no vengo día a día, cuando me encuentro sin norte suelo preguntar al oráculo la dirección (asi que fui yo, si mal no recuerdo, quien preguntó "emejota, enfermo, manos, tocar piano")
Pues bien, era eso todo lo que quedaba por decir. Una hoja me espera, que una figura quiere nacer de ella y he de ser el responsable de un dulce parto.
un abrazo desde el otro lado del mar. Daniel
Hola Daniel:
me has regalado uno de los comentarios más bonitos que he leído en este blog (con permiso de los demás, siempre bienvenidos). Cuando abrí este blog lo asemejé al mensaje en la botella que un náufrago lanza al océano y la retórica se ha convertido en realidad. Me pregunto cuál fue la fotografía que te enamoró pero algo me dice que fueron las manos de Gould.
Yo pierdo tantas veces el Norte que por eso me vine a vivir aquí, así no se me olvida la dirección. El Norte es un espacio mental, una geografía del alma.
Que unas manos puedan acariciar la textura del papel, olerlo, plegarlo y hacer surgir de él una figura me produce un cosquilleo placentero en la nuca. Tengo que observar eso con detenimiento y con la atención que sólo encuentro en la noche. Después a lo mejor te pregunto algo que me ronda en la cabeza (pensamientos de papel)
Un abrazo.
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