Entrevista
Tenía curiosidad por ver la comparecencia de José Saramago en el programa nocturno de Eva Hache, combinación insólita donde las haya. Saramago ha aparecido alto, con el pelo muy corto y la sonrisa en los ojos, quizá porque se miraba continuamente en los ojos exoftálmicos de la presentadora y se ha dejado deslizar por el tobogán lúdico de la Hache en un rato que se ha hecho breve. La Hache le ha buscado las cosquillas con lo de las corbatas, que al parecer es de las pocas cosas materiales ante las que Saramago se muestra exigente y nos hemos enterado de que no le gusta el fado por su sentimentalidad forzada, y que lo del Nobel lo supo de boca de una azafata de Lufthansa en el aeropuerto y también lo que se siente en el fragor de la terminal siendo Nobel y solo, sentimiento que toma la forma de una pregunta muy curiosa. Luego ha recordado a Pilar, como era de esperar, y ha dicho también que la vida no tiene sentido, sino sentidos. No faltándole razón, seguramente, nos lo pone entonces más difícil.
4 Comments:
Parece que a algun@s les escuece el tono fresco, ágil, provocador, crítico y transgresor del programa...
Ajo, Agua y Resina para tod@s ell@s ...
;-) Hachemania
¿Lo dices por mí? Lo pregunto porque a mí me gustan ella y el programa y cuando me refiero a "combinación insólita" lo digo en su sentido estimulante y original...
por si le interesa
http://www.almendron.com/blog/?p=606
Si, me interesa, muchas gracias. Estoy de acuerdo con que "El hombre duplicado" es el menor de los Saramagos; estoy de acuerdo igualmente con lo de que la idea del doble ha sido utilizada muchísimas veces por razones de evidente atractivo con mayor o menor fortuna. Pero lo que me sigue dejando perplejo es que la lucidez y la agudeza puesta en la crítica literaria no repare en algo muy sencillo: en Saramago, lo que importa es el tono. Por este blog lo hemos dicho muchas veces: el tono. Saramago es narrador oral, descubrió el mundo por medio de las narraciones de un abuelo analfabeto y cogió de oído ese tono de narración a medio camino entre la letanía y el susurro. Y ha conseguido plasmar una voz personal que es inimitable.
Saramago va para los 85. Sabe que no tiene tiempo para hacer otro Memorial o un Ricardo Reis. Pero eso no quiere decir que tenga que renunciar al placer de narrar estas fábulas amables, divertimentos, a las que se está dedicando en estos momentos últimos de trayecto. Se me ocurre que ya que estamos en un post sobre el programa de Hache podríamos decir que Saramago actúa como dice la señora china de los subtítulos: "así me lo aprendí yo" :D
Y ahora añado: "quien no lo quiera ver así, pues no pasa nada".
Un saludo cordial
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