10 febrero 2006

Videoclub

Un videoclub es siempre un lugar inhóspito.

Yo no entraba en uno desde los tiempos del bipartito vhs/beta (ay, el beta), cuando el sistema 2000 ya estaba confinado como partido clandestino en un minúsculo cuartucho. El invento del dvd me liberó del videoclub, principalmente porque con él llegó la perfección. Sí, lo reconozco, soy un maniático de la calidad de imagen y de los formatos correctos y todo lo que sigue. Yo desconozco lo que significa "bajar de internet", emules, burros y demás fauna, el término DivX me sabe agrio y expresiones como "artefactos de compresión" me ponen los pelos de punta. Pero he de confesar que de un par de semanas a esta parte he vuelto a entrar en un videoclub, con mucha cautela, eso sí. Ahora los vhs ocupan en las estanterías un espacio menor y más humillante que el reservado al primitivo 2000 porque el dvd ha ganado las elecciones. Y ocurre que hay títulos que no has visto en cine y que te llaman la atención pero no sabes si hasta el punto de desembolsar el dinero correspondiente en su compra. Solución: alquilarlo.

Por eso la otra tarde me entré en uno, después de muchos años. Paseándome por las estanterías vi cosas interesantes así que me dí de alta y alquilé un par de películas. Cuando llegué a casa y abrí la primera cajita casi me da un ataque al ver el estado del disco. Y es que esa es otra: soy un maniático a la hora de manipular los discos y no soporto las marcas de dedos y demás y resulta que me encontré la superficie plateada del disco llena de rayas, qué digo, cicatrices profundas, además de un sinfín de huellas dactilares de dedos que se diría que habían estado manipulando algo grasiento antes de tocar el disco. Yo no meto eso en el reproductor ni muerto, me dije a mí mismo, y me puse a hacer una minuciosa operación de limpieza. Se lo tenía que haber dicho al del videoclub, que se los devuelvo limpios pero entonces me va a notar lo maniático que soy y eso me corta mucho.

Esta mañana me he vuelto a atrever a entrar otra vez buscando "El método", que no sé yo, o igual sí, quién sabe, y estando allí ha entrado alguien muy airado diciendo que la película que se llevó ayer estaba rota porque "a cachos se veía en blanco y negro". Me he asomado por el lateral de la estantería y la película en cuestión era "Sin City" así que no hace falta que diga nada de la sorpresa que me he llevado. El del videoclub, muy comprensivo él, le ha dicho que es que la peli es así y que, anda, llévatela otra vez que no te cobro nada. Pero el cliente le ha contestado enfadado que ni hablar, que si era así, en blanco y negro, que a tomar por el saco.

"El método" no estaba. Me ha dicho el del videoclub que es raro porque es una película en la que se habla mucho. Pero digo yo que como es en color igual compensa. Qué cosas más raras.


9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mí "el método" me pareció muy interesante. No es perfecta, ni tan siquiera redonda, pero tiene mucho mérito que hoy en día una película se me haga corta para durar dos horas y tener una sola localización (una aséptica y gris sala de oficina).

Probablemente el germen de todo, es decir la obra de teatro (pese a que su autor reniega de la peli), tenga la culpa. Buen guión y buenos diálogos. Con eso basta. Y con Adriana Ozores, claro.

Respecto a la anécdota, no sé porqué extraña razón me ha venido a la cabeza otra peli mítica para mi: Clerks, de Kevin Smith. Me he reído mucho.

Qué tiempos aquellos en que descubrí a Woody Allen gracias al videoclub Lozano.

salud

4:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo soy el dependiente y le digo que es en color (lo siento, no puedo probarlo ahora, porque no me funciona la TV del videoclub) y que lo que pasa es que su DVD se ha jodido y no lee bien los discos, para que en el camino a su casa vaya pensando en que se tiene que comprar otro reproductor.

¿Y qué me decis de esos seres humanos que se alquilan 6 ó 7 películas a la vez para el fin de semana? Que estoy por preguntarles si han descubierto cómo estirar el tiempo o rogarles que se apiaden del resto de los mortales y no dejen vacías las estanterías, acaparadores.

5:51 p. m.  
Blogger emejota said...

Qué tiempos aquellos los del Videoclub Lozano, causal, con sus estantes conviviendo con lavadoras y otros electrodomésticos y ganando cada vez más espacio hacia el fondo...

(ya he pillado "el método"; como acaba de llegar no hay que meter el disco en la lavadora y la Ozores no tendrá que volver a maquillarse)

Un saludo

9:02 p. m.  
Blogger emejota said...

Ferre, me da que muchos de esos que alquilan 6 y 7 lo hacen para, ejem, bueno, hacerse las respectivas copias. No necesitan estirar el tiempo: una vez grabadas las ven cuando quieran...

Un saludo

9:05 p. m.  
Blogger Magda Díaz Morales said...

Mariano, definitivamente me apena decirte que yo sí ¡bajo de internet! y me encantan el videoclub y los cedes, y todo esto que ofrece el siglo 21. Disfruto plenamente ir a un videoclub y alquilar una pelicula, llegar a casa, hacerme un rico cáfé o hacerme un espagueti con vino y ponerme a ver la pelicula.

Ahora, si esto es con Toño Banderas al lado, pues que mejor. Lo malo que siempre anda de gira, asi que tengo que aprovechar cuando descansa ;)

1:05 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estos ya alquilaban ese número de pelis nates de la banda ancha, las grabadoras de DVDs y los procesadores de varios GHz. Y cuando eran videos, igual.

2:32 p. m.  
Blogger emejota said...

Si a mí también me encanta, Magda, pero tanto que siento necesidad casi enfermiza por los originales y no por los sucedáneos. Soy de los que sufren ante una copia mal comprimida o un formato mutilado. Mi dinero me cuesta, no te creas... Debo ser un poco masoquista ;)

Un abrazo

1:29 a. m.  
Blogger emejota said...

Pues entonces, Ferre, tienen que llegar al lunes viendo en Panavisión porque vaya atracón...

1:30 a. m.  
Blogger emejota said...

Sí se empeña, sí. Lo que pasa es que me hago el sueco :D

Un abrazo, anita.

2:28 a. m.  

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