06 mayo 2006

Parpadeos

Mi lugar favorito de la librería es el limbo, que es como llamo a una estantería oculta al público que sirve de lugar de acogida provisional a aquellos volúmenes que ya han salido de las cajas de novedades pero que todavía están a la espera de ser distribuídos en la sección correspondiente. Varias veces por semana yo voy directo allá, hay confianza. Hoy le he dicho a Ilenka que llevaba una semana sin pasarme por el limbo y me ha contestado que no me va a dejar que pierda la costumbre, y Anabel ha venido a apartar un artilugio que sirve para mover cajas diciendo que no vaya a ser que se caiga alguien, que es la forma cariñosa y cuidadosa que tiene la buena de Anabel de decir que a ver si éste se nos cae y ya verás tú qué plan, lo que nos faltaba, porque está claro que el único "alguien" que se pasa por el limbo soy yo: todavía no me he ganado el cielo. Tampoco el infierno, al parecer.

Ha sido echar la vista hacia los lomos, los gruesos y los delgados, los altos y los bajos, inclinando levemente la cabeza para poder leer los títulos y los autores, cuando lo he visto como en un destello: un apellido y un color. A veces un apellido sumado a un color produce un cosquilleo placentero. El apellido era "Tizón", y el color es el característico de la colección "Narrativas hispánicas" de Anagrama y enseguida me ha venido a la mente, dicho entre exclamaciones, que Eloy Tizón ha escrito un nuevo libro. Ya tardaba. En una ocasión ya dejé constancia aquí de mi admiración hacia este joven creador que tantos placeres nos deparó con su primera colección de relatos, "Velocidad de los jardines" (de mayor quiero escribir un cuento que tenga un título así), y con su maravillosa novela "Labia" a la que seguiría la estimulante "La voz cantante", que dejó de sonar hace ya dos años.

Pero ha vuelto, para sorpresa mía, puesto que desconocía que tenía prevista su llegada, aunque de vez en cuando me asomaba al horizonte a ver si las olas traían noticias. Bienvenido sea. Es un nuevo volumen de relatos, trece, seguro que el número no le da mala suerte porque lo suyo, sobre todo, es el relato, y eso sí que es una suerte para nosotros. El libro se llama "Parpadeos" y se abre con el relato "Pájaro llanto" que empieza diciendo:

"Hoy, por primera vez en mi vida, he oído llorar a un pájaro".

Lo mejor de lo mucho y bueno que han dicho de Eloy Tizón lo escribió Ángel García Galiano y por eso el editor lo recoge en la contraportada. Dice García Galiano que Tizón es un "escritor de asombros y temblores, que defiende para su escritura la misma lentitud germinativa de los jardines. Narrador de la memoria, de la palabra precisa, de la literatura como don de amor, como salvación, como hábito moral con que vestir la absurda (de otro modo) realidad; de ahí su explícito empeño en escribir bien, por asumir en propia carne y sangre que la sintaxis no es sino un movimiento del alma".

Tizón ya no parpadea en el limbo.


2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hace un par de meses busqué ese libro, "La velocidad de los jardines", a raiz de verlo aquí . No lo encontré, pero ante la doble recomendación voy a ver si lo encargo...

Fernando

10:25 a. m.  
Blogger emejota said...

Ya verás como no te arrepientes. De paso te sugiero que pruebes con "Labia".

Un abrazo

3:32 a. m.  

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