Freaks
Ordenando la mesa para intentar conseguir un poco de espacio libre me he encontrado con "Freaks".
Lo más raro de una película tan rara como "Freaks" (1932) es que sea un producto de la Metro-Goldwyn-Mayer. La fábrica de sueños y glamour que alardeaba de tener "más estrellas que en el firmamento" hacía desfilar en pantalla a torsos humanos arrastrándose por el suelo y una variada colección de malformaciones, amputaciones y atrofias, como las cabezas de alfiler, ante el espanto de los espectadores. Y, para colmo, todo de verdad, sin trampa ni cartón. O sin maquillaje, para ser más exactos, porque si "Freaks" es una verdadera película de horror y si lo sigue siendo con tanta fuerza más de 70 años despues es porque sus monstruos no son producto del maquillaje, como el Frankenstein de Karloff, sino que son reales.
El empeño fue de Irving Thalberg (vaca sagrada de la industria, freak de la genialidad, talento fulgurante que se apagaría precozmente) que viendo lo que la Universal estaba recaudando con sus películas de miedo quiso apuntarse al carro. Pero a su manera. Y las maneras de Thalberg, imprevisibles, fueron en este caso dar varias vueltas de tuerca al género: llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Experimentar con el horror que, en este caso, surgía al enfrentar al espectador a una verdad incómoda: ésto pasa.
El mayor freak de la película es el director, Tod Browning, señor de lo oscuro. Eso Thalberg lo sabía y asumió los riesgos. Tenía que ser Browning. Browning se había hecho muy famoso ante el gran público al dirigir el Drácula de Lugosi pero donde verdaderamente disfrutaba era haciendo esos experimentos morbosos con la complicidad de Lon Chaney donde ambos se entregaban a tramas en las que el tema de la mutilación era recurrente. En "Garras humanas", Chaney es un artista de circo que se hace cortar los brazos para conseguir el amor de la chica mediante la compasión. Y le sale mal, claro. A Browning le atraía mucho el tema de las mutilaciones físicas; él mismo las padeció a raíz de un accidente de coche en el que hubo algún muerto y donde él perdió algo, quién sabe si hasta un poquito de la razón.
"Freaks" trata el tema de los "fenómenos de feria", esos engendros de la naturaleza que encontraban sustento siendo exhibidos en público en atraccciones que todavía siguieron existiendo hasta bien entrado el siglo. El propio Browning se había escapado de casa siendo adolescente para enrolarse en uno de estos espectáculos que recorría la América profunda, por lo que conocía muy bien el tema. Y Thalberg estaba al tanto del asunto. ¿Contaba Thalberg que la Guerra había traído de las trincheras un cuarto de millón de ciudadanos mutilados y eso iba a hacer cambiar la mirada y la consideración que la gente tenía ante la deformidad?.
Hay algo hipnótico en algunas secuencias de "Freaks". Ves a Madame Tetrallini jugar en el bosque con sus criaturas y tienes la sensación de que por primera vez, el cine te muestra el otro lado del espejo, un mundo distinto, sin trampa ni cartón. Y esa escena produce una impresión que yo no he vuelto a sentir ante una pantalla.
La visión que Browning ofrece de sus "fenómenos" es cruda pero se preocupa mucho de desvincular la deformidad física de la idea de criminalidad, lugar común en las historias del género. Podrá objetarse que, al final, esta idea tan cuidadosamente subrayada a lo largo del metraje caiga en contradicción. Pero no es menos cierto que el revuelo causado por "Freaks" la redujo, desde el instante mismo de su nacimiento, a algo incompleto, distinto, extraño a las intenciones de su creador. "Freaks" es una película mutilada en la sala de montaje, detalle a tener en cuenta tratándose de la obra de alguien que hizo de la mutilación una constante, una obsesión enfermiza.
8 Comments:
:-o Me ha dau un escalofrío :-o
A mi todas esas películas me aterran, me quedo con las imágenes de los personajes volando por mi cabeza por semanas y no me dejan dormir, me cuesta un trabajote caer profunda. Un horror, pero que la película en si!!!....
Saludo a todos los asiduos a este tu espacio Emejota.
me refería a:
"Peor que en la película...!
Ayer hice una referencia en clase a esa obra maravillosa de Lynch que es 'El hombre elefante'. Mis alumnos se soprendieron de que hubiera atracciones de freaks, aunque no se asombran de los programas televisivos de los nuevos freaks. Es un tema muy interesante, que aparece ya en las pinturas de Velázquez: la atracción o fascinación por lo deforme o lo monstruoso. En la historia del arte lo explican porque contraponiendo la imagen contrahecha de un enano o enana a la noble figura de los retratados, resaltaba aún más su 'superioridad' tanto estética como social. Es posible que esto siga funcionando y que el contraste entre la anormalidad y la normalidad sea causa de íntimas satisfacciones.
No he visto la película, aunque a Óscar le fascina.
Un beso, emejota y saludos a los otros adictos a tu blog.
hola fflaquis! Sí, lo que pasa es que la diferencia de esas películas con esta en concreto es notable. Aquí no se quiere dar miedo; lo que sobrecoge es asistir a un desfile de seres que son el resultado de una mala jugada de la naturaleza y que son despreciados, por ello por si no fuera bastante con lo que tienen. Tomar conciencia de que también tienen corazón y sentimientos produce una sensación incómoda en el espectador. Ese es el verdadero "horror" de "Freaks".
Un abrazo
Raquel: recibido tu mensaje. Cambio "Freaks" por coca-cola. Espero tu llamada, eh?
Un abrazo
Gabriela: pues no tienes que dejar pasar más tiempo sin verla. Tienes una edición a buen precio por aquí a cargo de Warner que viene con "Garras humanas". Binomio muy adecuado.
Hay una serie de tv de la siempre excelente HBO que se llama "Carnivale" que trata, precisamente, de esas ferias de exhibición de "fenómenos" en los años 30. La serie no tiene desperdicio, aunque ha sido recientemente cancelada. Muy cara de producir y algo rarita (un halo raro, sobrenatural a lo "Twin Peaks"). Mala combinación para el tribunal de la audiencia norteamericana, a lo que se ve. Una pena.
La deformidad sigue causando morbo. Quizá ya no se asocia de manera tan directa deformidad con criminalidad pero todavía lo deforme despierta recelo. Es curioso.
Un abrazo
Claro, del mismo modo que la belleza se asocia con la bondad de manera totalmente arbitraria. Pero los jóvenes, que han de detenerse para pensar en estos temas, reflexionan mucho mejor sobre esta injusticia (que, aunque humana, merece ser llamada 'inhumana'), a través del arte más que a través de su propia cotidianidad. Eso es extraño, también. Para mí es necesario hacer la reflexión (ya me salió mi lado profesoril, sonríe, emejota),por lo que te agradezco mucho la referencia.
Publicar un comentario
<< Home