Gesto
Se necesita tocar a Haydn como lo acaba de hacer Lang Lang para que una cámara pueda atrapar este gesto, que es el de quien acaba de alcanzar la perfección. La inmortalidad debe ser algo parecido a esa gota de tiempo perpetuamente reiterada. Es un éxtasis, una sacudida, un deslumbramiento. Algo de esa sensación queda proyectada a los demás, generosamente, por medio de esa mano izquierda abierta en cuyas yemas todavía brilla la luz del milagro y algo te quedas para tí, en esa mano derecha cerrada que retiene un secreto profundo.
Lang Lang, creemos en tí.
7 Comments:
Me recuerda, salvando las distancias, el éxtasis de Santa Teresa de Bernini. Todo va de vuelos y, como dices, esa mano derecha... cerrada, pero con la dulzura de quien sujeta un pájaro.
Probablemente, si la foto le hubiese captado los pies, se le vería levitando.
Tim
Esos momentos sublimes que se producen justo al acabar una pieza, con el alma sobrecogida, la satisfacción, la dulzura mezclada con la energía de la música.
Dibujos en el aire con los últimos sonidos escapándose de sus manos.
Todo un genio.
P.D.http://icking-music-archive.org/scores/dowland/
Mariano échale un vistazo a las Lachrymae
...muchas gracias, achador. Y bienvenido a "La Idea del Norte".
Un saludo
No me extrañaría nada, Tim. La imagen está tomada en el transcurso del concierto de su debut en el Carnegie Hall de Nueva York. En ese momento él no sabe (¿o lo sabe?) que todavía habrá otros instantes así a lo largo de la velada.
Un saludo
Querida Raquel:
justamente momentos así, con el alma sobrecogida, los vivimos Javier y yo cuando terminamos en la y en sol, respectivamente, nuestro Ravel a cuatro manos :D
(es broma, la cosa marcha)
Gracias por el enlace (y un saludo, Miguel)
Un beso, amiga.
Yo no se nada de música y me apena no saber, sólo la siento, pero es verdad, la cara de lang lang muestra la felicidad extática que le poseía. Saludos
Pero lo verdaderamente brillante de este pianista es esa capacidad para vivir (nunca mejor dicho) todo el repertorio musical que interpreta, desde Haydn, pasando por Chopin, Listz... y no solo eso, sino tambien la fortaleza psicológica que ha de tener para terminar un nocturno de Chopin y seguidamente interpretar como nunca antes había visto esa virtuosa obra de Listz... sin palabras, un verdadero genio.
David
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