16 diciembre 2005

Autorretrato

La persona que aparece en la fotografía soy yo, aunque quienes me conocen y han visto esa imagen han dicho que no, que no soy yo, que no me reconocen. Ese no eres tú, emejota, por Dios, parece mentira. Sin embargo, quien hizo la foto, en un disparo furtivo en el transcurso de una larga sesión fotográfica repleta de sonrisas, algunas ficticias, casi todas reales, aseguró que sí, que yo era así también; de hecho, creo que fue la imagen de la que se sintió más satisfecho.

Me costó verlo (y verme) pero con el tiempo caí en la cuenta de las razones de esa satisfacción y a partir de esa imagen tracé, de algún modo, mi propio autorretrato: no se trata tanto de "ser" en la foto sino de lo que la foto "dice" de uno mismo. Y es verdad que la imagen dice mucho de mí, aunque no haya ni rastro de mi manera de hablar precipitada y mis maneras inquietas, de mi risa fácil y mis arranques viscerales. No importa. Porque lo que dice la foto de mí no está tanto en la figura como en la luz y la sombra entre las que estoy ubicado. Sí, es cierto: yo soy así. La zona de luz hacia la que dirijo la mirada puede representar muchas cosas: el embeleso ante el misterio profundo de una obra de Bach, la invitación a participar en una velada numerosa o la mirada insinuante que alguien te dirige al pasar a tu lado. Sea lo que sea, yo asisto a todo de cerca, pero me mantengo a cierta distancia. No me aislo del todo, si así fuera cerraría los ojos, pero necesito mirar las cosas desde la zona cercana a la penumbra, que es donde me encuentro cómodo. En algunos casos es por deslumbramiento, en otros, por miedo o cobardía, a veces también por pudor; no faltan los motivos banales como la pereza pero siempre está presente la necesidad vital de no sentirme atrapado ni comprometido. Necesito ir a mi aire y sólo entonces, quizá, dar el paso adelante.

Así que entre esa zona simbólica de luz y de sombra aparezco yo, despojado de lo que me hace cotidianamente reconocible ante los demás, distraído de la intención de quien maneja el ojo de la cámara para buscarme en la zona de penumbra, verdadero.


3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Solo, quienes saben fijarse en los detalles, en los movimientos de una persona, pero no en los que hace, si no en los que no hace. En su mirada cuando no mira, en las palabras que no llega a decir, acaban conociendo parte de esa persona.

Cuando he visto esta foto, te he reconocido emejota. He reconocido al "yo" que tu eres. Y no me ha sorprendido , yo, ya lo conocía.

Tu posición. La pequeña Parte de ti que que se deja "tocar" por el mundo, La Parte que guardas, que solo tú y algunos, conocen y que acaba siendo nuestra verdad, nuestras necesidades más profundas, nuestro verdadero yo que se esconde, muchas veces, en la sombra, por miedo a ser juzgado por una sociedad que cree, que los que andan en sentido contrario, estan equivocados.

Tu mirada. La mirada de alguien que mira mas alla de este mundo. Que ha aprendido cosas que los demás ni siquiera saben que existen. Que ha sacrificado mucho, y tambien sufrido para alcanzar algo mágico, ese dialago fluido y constante con nuestro "yo", con nuestra parte mágica.

Tu sonrisa. Que no es sonrisa, pero que esconde la satisfacción de aquel que ha escuchado. Aquel que ha aprendido mas alla de lo que los demas pueden enseñar. Aquel que cada paso que da, es un paso hacia "el norte".

Me has ayudado durante toda mi vida, en muchos aspectos. Se que yo pongo un muro que muchas veces no deja pasar las palabras, pero tambien muchas veces, las palabras sobran. Ahí nace la magia de otro tipo de comunicación. Se que a algunos les puede sonar ridículo, pero ahí, es cuando dos almas entran en verdadero dialogo. Gracias por estas conversaciones.

Siempre te admiré y siempre lo haré.
Tu me enseñaste, en cierta manera, a caminar. A andar un camino que no esta marcado.

En cuanto a la foto, solo me queda decir: "Hola, emejota. Y gracias por todo"


Yo

11:06 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

que las palabras hablen de ti, que te ayuden a profundizar, como lo hace Bach, en el sentido de tu vida… ¿Cuántos de nosotros nos atrevemos a nombrar lo que de nosotros vemos en una foto que alguien hizo al azar? ¿cuántos podemos siquiera vernos como de verdad somos?

Gracias por tu ejemplo.

6:41 p. m.  
Blogger emejota said...

Las palabras sirven para nombrar lo que de nosotros vemos en una foto que alguien hizo al azar pero también sirven para "ver" quién se encuentra tras la palabra "anónimo". Se trata de un ejercicio quizá más complicado pero el secreto está en poner el oído muy cerca de ellas y escuchar.
A los dos, muchas gracias y un abrazo.

1:30 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home