07 diciembre 2005

Suspensión

Tras las anotaciones que en días anteriores he dedicado a reflexionar sobre la figura del retardo y a la correspondencia entre la música y el texto que se canta, se me ocurre que podría concluir esta "trilogía involuntaria" buscando un ejemplo en el que el uso del retardo venga justificado por la expresión del texto. Y es que anda rondando por mi cabeza desde hace días un fragmento que me parece precioso aunque reconozco que no pega mucho sacar a colación los "Responsorios de Semana Santa" de Tomás Luis de Victoria ahora que deberíamos estar ensayando el "Adeste fideles". Pero pasan dos cosas: una, que si lo dejo para Semana Santa igual se me olvida, con la cabeza que tengo; y dos, que vete tú a saber si para entonces "La Idea del Norte" no será un recuerdo lejano. Por si acaso, he decidido ponerlo, y otro día ya sacaremos las panderetas y las zambombas. Hay tiempo para todo.

El ejemplo que propongo está sacado del "Amicus meus", que habla de la traición de Judas y sus remordimientos de conciencia posteriores. El texto dice así:

"Aquél a quien yo bese, ese es; prendedle.
Esa fue la maldita señal,
cometió asesinato con un beso.
El desgraciado rechazó el precio de la sangre
y finalmente se ahorcó".


Lo que nos interesa es el último verso, que en latín, que es la lengua que utiliza Victoria, se escribe de esta manera:

"et in fine laqueo se suspendit"

Las intenciones de Victoria giran alrededor de ese "suspendit". Lo primero que llama la atención es que la obra no termina en tónica sino que queda "suspendida" en la dominante. Los músicos saben a qué me refiero (aunque esté "tonalizando" a Victoria); los que no sean músicos, que no se me asusten porque lo van a comprender igualmente sin problemas: las palabrejas anteriores vienen a decir que la obra termina... sin terminar, dejando una sensación en el oyente de que falta algo, de que la cosa queda sin culminar, como en puntos suspensivos. Ello obedece a la intención de ilustrar musicalmente ese "suspendit" que a Victoria le interesa tanto. Pero eso sólo es el principio.

Ahora vamos a echar un vistazo a la partitura para ver la manera en que la música subraya este momento tan dramático:



Los cuatro pentagramas que vemos representan las cuatro voces del conjunto coral. Observemos lo que ocurre en el tercero, en la voz de los tenores, concretamente en el penúltimo compás, marcado en rojo: de entre la frondosidad del tejido polifónico, surge de repente una señal. Victoria rompe la suavidad del trazo de la línea melódica obligándoles a efectuar un salto abrupto, un cambio de registro hacia la región de los agudos. Un gesto así tiene que oirse, debe oirse. Lo que pretende Victoria en ese instante que va a configurar el clímax de la composición es "suspender" la melodía allá arriba, entre las líneas superiores del pentagrama y no sólo eso, sino que además esa nota suspendida va a ser prolongada invadiendo el compás final (el retardo), desplazando de su sitio a la última nota y manteniendo en suspenso la resolución definitiva. Por ese motivo, si nos fijamos, la sílaba "-dit" que entonan los tenores es la única que no coincide con las demás voces que sí han conseguido simultanearla en el mismo lugar.

Sobra decir que el efecto resultante es de una belleza sobrecogedora.


6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Magnífico ejemplo de coherencia. Con tu permiso, te lo cojo prestado para mis alumnos universitarios, ya que algunos no acaban de ver todavía que el fondo y la forma deben ir de la mano. Y no sólo en literatura.

Tim

8:24 a. m.  
Blogger emejota said...

Puedes coger lo que quieras, Tim, para eso está puesto, para compartirlo.

Si no es mucha indiscreción... ¿profesor de literatura?

Para lo del fondo y la forma, nadie como Bach. Un amigo mío sostiene, y lo argumenta muy bien, que en Bach el fondo está en la forma (y viceversa).

Un saludo (otro a tus alumnos)

;)

1:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Definitivamente, yo pertenezco a ese grupo mencionado de los no músicos. Pero me a encantado!

Me sigue gustando mucho leerte, espero sinceramente que para la semana santa e inclusive para la siguiente Navidad 2006, y para mucho tiempo más.... podamos seguir disfrutando de TU Idea del Norte.

A cómo disfruto leerte.....

6:57 p. m.  
Blogger emejota said...

Me halagas, fflaquis, y agradezco mucho tus palabras. Ya veremos qué pasa en el futuro. Carpe diem.

Un abrazo

3:11 a. m.  
Blogger Ernesto said...

A mi me gustó mucho el post también. Tengo algo de Victoria y de Des Préz y Monteverdi y de Carlo Gesualdo el que mató a su vieja y es música hermosísima pero a veces difícil de escuchar por polifónica y por erudita, así que ojalá haya más post de estos para poder entenderla mejor. Por cierto, lo que no me queda claro es si en el pasaje la tónica es Re mayor, pero no, porque el Do becuadro la hace ser Sol mayor, en cuyo caso la dominante sería Re... y el último Re sostenido se oye como una sensible a la que no sigue resolución... ¿podrías aclarar esto?

9:49 a. m.  
Blogger emejota said...

Hola Ernesto:

No, no es Re Mayor. No debemos olvidar que Victoria no utiliza la tonalidad, sino la modalidad. La armadura de 2 sostenidos que ves no hace alusión a un tono, sino a un modo. Lo que ocurre es que Victoria es fronterizo, quiere esto decir que su música posee giros plenamente tonales dado el tiempo en que le tocó vivir, en los albores de la tonalidad. Hay secciones que pueden explicarse perfectamente desde el punto de vista tonal. El fragmento en cuestión estaría en mi menor y termina en su dominante, si. Por eso oyes el re sostenido como sensible, porque es la sensible de mi menor.

Espero que con esto te haya podido ayudar.

Un abrazo

10:09 p. m.  

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