Cambio
Nos acaban de quitar una hora del reloj. Es un momento del año al que temo especialmente: me estresa. Llegas después de haber pasado la tarde con Javier y Mila en el jardín de su casa, sentados bajo los árboles que tienen las ramas llenas de bultitos que en cualquier momento estallarán en hojas nuevas; después de haber ido los tres al teatro para ver a Raquel haciendo de Virtu (recreación genial y sorprendente: de repente no era Raquel, pero era, qué efecto más curioso); después de haber vuelto a la casa del jardín de los árboles que tienen bultitos en las ramas para cenar y echarte unas risas (y como no te dejan ayudar a preparar a la ensalada te vas al piano y tocas una ensalada de tiempos de sonata de Mozart con aliño de allegro en Fa Mayor incluído); después de una sobremesa llena de risas de las confortables; en definitiva, después.
Y llegas a casa y te encuentras que te han quitado una hora y eso te estresa, coño, porque a mí me gusta mirar el reloj y ver que marca las 2 y 8 mientras escribo en el blog y hoy no puede ser porque no sé a quién no le ha dado la gana que así sea. Miras al reloj cuando son las 2 y 8 y resulta que pone las 3 y 8 y entonces ya es más tarde de lo deseado para ponerte a ver la peli pendiente, o leer un poco, o lo que sea. Y notas que el post lo estás escribiendo con prisa. No me gusta nada esto del cambio al horario de verano. Pero que nada. Te quitan tiempo y ni siquiera te preguntan si te importa. Pues sí, me importa muchísimo: de repente me ha estresado la noche, para empezar. Windows ha cambiado su hora pero yo he decidido no cambiar la mía hasta mañana. Ahora no son las 3 y 8: son las 2 y 8 en punto y punto. Me van a decir a mí la hora que tiene ser. Además, desde que lo he decidido noto que escribo más tranquilo, incluso más despacio, incluso he experimentado cierto alivio. Y aún voy a tener tiempo de ver el final de la peli que dejé ayer a medias sin agobios. Yo es que a partir de las tres y cuarto me empiezo a sentir culpable, como si alguien me fuera a reñir, no sé cómo decirte. En fin, lo dejo aquí para no perder más tiempo.
4 Comments:
¿Perder el tiempo?
Sí, ayer se nos perdió una hora, ni más ni menos. Luego te sale a devolver cuando es el cambio horario de invierno, como si fuera la declaración de la renta, pero ya no es lo mismo.
pssss.... que sí que era yo todo el rato. Lo que pasa es que estaba camuflada bajo unos cuadros amarillos.
Gracias
Claro, lo mismo no es. Donde va a parar...
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