26 octubre 2006

Rescate

Estuve tan tan malito durante mi adolescencia que para cuando pude vivir la noche como todo hijo de vecino ya no tenía gracia porque era muy tarde. Qué le vamos a hacer.

Pues algo.

Es que yo soy muy testarudo y cuando algo se me mete entre ceja y ceja... Yo quería probar éso y como quien va de turista a ver un lugar exótico, una noche de sábado respiré hondo y me aventuré en las cavernosas calles de lo viejo. Era todo rarísimo. Había mucha gente riendo y gritando con un vaso en la mano o metiéndose mano o las dos cosas, todos apelotonados en calles estrechísimas en cuyas paredes se abrían cavidades muy oscuras de las que entraba y salía más gente y también músicas ensordecedoras envueltas en una nube de humo. Caminando por aquellas callejuelas, entre empujones y gritos al oído ("Susanaaaaaaaa, ven pa cá, hostia!") me sentía como Gurb, el extraterrestre de Eduardo Mendoza, y miraba a izquierda y derecha entre fascinado y espeluznado.

Entonces pasaron muchas cosas pero muy rápidamente. Si no hubieran pasado tan rápidamente me habría dado cuenta, por ejemplo, de que en un determinado instante la gente dejó de caminar en mi misma dirección. De hecho, si hubiera dispuesto de unos segundos más habría caído en la cuenta de que, de pronto, no había nadie. Excepto enfrente. Enfrente había gente. Pero lo mismo: es que no me dio tiempo. No me dio tiempo a que me pareciera sospechoso que todos llevaran caras como de mala leche, y que no se rieran ni se metíeran mano ni llamaran a susana, hostia. Y caminaban como con prisa. Eso sí: llevaban todos botellas en la mano. Y tampoco me dio tiempo a ver que todas las botellas estaban vacías, y eso sí que es un poco raro, que todo el mundo de repente vaya en la misma dirección con cara de mala leche y con botellas vacías en la mano.

El caso es que no me dio tiempo de nada de eso porque fue alzar la vista, ver en una fracción de segundo lo que ahora ha ocupado varias líneas y de pronto un tipo levantó la mano en la que llevaba la botella y la lanzó con fuerza hacia adelante, y la botella pasó rozándome la oreja y al instante se oyó una explosión de cristales y un grito de chavala. Fue entonces cuando me percaté de que estaba solo enmedio de una ola de bestias que venían hacia mí a todo correr. No, no te rías, ponte en mi lugar. Lo peor es que me quedé clavado en el suelo, paralizado, con los ojos como platos, incapaz de moverme. Pero justo en ese instante una mano me agarró del cuello de mi cazadora y tiró con fuerza de mí y recuerdo salir en volandas hacia una callejuela perpendicular al campo de batalla donde la gente estaba refugiada. Me recuerdo rodando casi por el suelo, tropezando, y sintiendo todo muy confuso y borroso mientras esa mano seguía tirando de mí hasta alcanzar un entrante en la pared. Entonces me empujó contra ella y mi espalda chocó con fuerza (au!). Y quien había hecho eso se quedó pegado a mí, de manera que me quedé aprisionado entre la pared y... Peter?. Peter!

(Pan)

La gente a veces me escribe y me dice que tengo mucha imaginación cuando escribo posts como si Peter Pan existiera y yo ya no sé cómo decirles que nada de imaginación, que es verdad, que Peter existe y que yo le conozco. Pero no hay manera, oye, me dicen que no les vacile. Pero sí, Peter fue el que me salvó de recibir un botellazo en la cabeza la noche en que yo iba de excursión y terminé haciendo el pardillo, porque mira que fui pardillo, ayyy, iluso más que iluso. Peter apareció de repente, tiró con fuerza de mí y me aprisionó contra la pared y yo notaba el aliento agitado de ambos y los gritos alrededor. "¿Es que no te habías dado cuenta o qué?", dijo por lo bajini. Pero yo entonces noté que las piernas me empezaban a fallar del susto y me acuerdo que le contesté: "Me parece que me voy a caer". Y él me aseguró contra la pared y dijo: "Ahora no, te caes luego" y giró la cabeza para ver cómo iba el combate. Eso dijo: "Ahora no, te caes luego". Habrase visto -pensé- pues ahora no me da la gana de caerme luego, no te fastidia!

En la ficción, los héroes acuden al auxilio del inocente ciudadano en apuros y cuando lo han puesto a buen recaudo y todos aplauden en el cine, el héroe dice entonces una frase amable que redondea feliz y modélicamente su faena y entonces todos aplauden todavía más fuerte. Seguro que los que leen esto están diciendo que sí con la cabeza, que es cierto. Pues mira, a mí me salvó el pellejo Peter, cierto, y en tan buena hora que apareció, pero cuando me puso a buen recaudo y empezó a salirme el susto del cuerpo me soltó un "ahora no, te caes luego" de una manera que me lo dice en otro trance y no le hablo en quince días.

El caso es que cuando la trifulca terminó, Peter se despegó de mí y conseguí separarme de la pared y vi que aunque me miraba con cierto reproche moviendo la cabeza de arriba abajo también me sonreía un poco. Y yo, valorando la situación, opté por darle las gracias y decidí dar por concluída mi vivencia de la noche para el resto de las noches. Yo me fui por este lado despacito hacia casa (las piernas todavía culebreaban) y Peter se fue por el otro con paso rápido porque creo que le esperaban. Me volví un instante a ver si veía a Wendy. Pero no sabría decir, la verdad.


9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vaya recuerdos.. Yo también fui en unas cuantas ocasiones rescatador oficial, dos de ellas las recuerdo especialmente porque fueron con mi mejor amigo de toda la vida.

Y en una de ellas también hubo botella por los aires (verde, no se me olvida), para la que el blanco fui yo al intentar apartarlo a él (en las películas funcionaba :D ).

En otra de ellas, le estaban intentado robar en la calle de al lado.Estaba tan borracho que encima les sacaba el dinero sonrisa incluída diciendo "os lo doy porque quiero yo, eh ?? que conste ...." mientras no se tenía en pié :DD

Pero aparecí yo a tiempo, y la verdad, con la sonrisa del atracado me costaba adaptarme a la situación al principio.
Pero como se suele decir, ganaron los buenos.

Y con el dinero que hubiese sido robado al estilo película en callejón húmedo y maloliente, luego lo celebramos en "nuestro bar", que más parecía una cueva, y que aún hoy lo recuerdo con mucho cariño por lo vivido ahí.

A día de hoy no se ha vuelto a meter en líos.. parece que se ha formalizado. Creo..

Un saludo a tod@s. ;)

V.

P.D: Por "cavernosas calles de lo viejo" no suele ser bueno caerse en horarios nocturnos de bares rebosando gente.
Lo que te dijo Peter está muy bien aconsejado. Es como caerte a un W.C. te lo aseguro.

2:11 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo creo que soy absolutamente de vida diurna. Yo disfruto yendo al monte y comiendo un bocata de lo que sea, eso sí, con pimientos....... y creo que así es todo mucho más fácil, nunca he podido entender qué le ve la gente a ir de bares, aunque creo que en eso soy un bicho raro porque es lo que hace todo el mundo.YO no he tenido de esas aventuras nocturnas, pero creo que no me dan envidia, jajajaja
Un abrazo muy fuerte para tí y otro para Peter (Pan) por rescatarte (aunque te podía haber dado luego una coca cola zero y una pantera rosa.........jo, que bastante asustado estabas tú ya........esque a veces los héroes no tienen sensibilidad, jajajajajajjajaj)

8:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido Mariano:

¡Ay! ¡La era discotequera!

Yo también tuve la mía un poco tardía... y lo que acabó sucediendo, es que escribí una novela.

Qué vida esta.
¿Cómo será la otra?

Un abrazote

MC

8:07 a. m.  
Blogger emejota said...

Querido Miguel: al menos te salió una novela, yo casi salgo con una brecha en la cabeza... y sin entrar en ninguna discoteca!

Yo creo que en la otra vida el infierno son las discotecas y los bancos, pero tampoco tampoco estoy muy seguro.

Un abrazo!

1:06 p. m.  
Blogger emejota said...

Cierto, muskarias: siempre que aparece Peter es para sorprender.

De Peter hay en este blog la foto de su sombra (no podía ser de otra forma: la sombra de Peter Pan) y un trocito de su letra. También hay alguna historia salpicada, como la de la playa doble, la del aristócrata venido a menos que vive en las profundidades de un garage esperando visitas o la del tipo que se hizo traer al un trocito de glaciar para echarle hielo al pacharán...

Sí, hay que conservarlo, sí.

Un abrazo.

1:13 p. m.  
Blogger emejota said...

Hola Marta: pues ya somos dos bichos raros porque yo soy nocturno pero para estar en casa haciendo cosas: pongo la lamparita en la habitación en penumbra y escribo, leo, pienso... A esas horas es cuando funciono algo. A veces me parece notar en la ventana el paso fugaz de una sombra, pero como ya sé quién es pues no me asusto y a veces hago como que no la veo.

La próxima vez que me encuentre a Peter le diré lo del abrazo, que en el fondo es muy sentido ;)

Otro abrazo para tí

1:20 p. m.  
Blogger emejota said...

El problema está cuando no siempre ganan los buenos, V.

A mí de pequeño me gustaba imaginar que era rescatador oficial pero conforme pasaba el tiempo y me miraba por dentro me di cuenta de que más bien tendría que poner un anuncio pidiendo lo contrario!

Un abrazo.

1:26 p. m.  
Blogger EVA said...

como dice mi amiga pero donde te metes mariano, a todos nos ha pasado alguna cosa asi alguna vez, a mi mas que a otras personas ya que durante un tiempo trabaje de noche y en noches de luna llena donde la gente sale algo alterada ahi hay que echarle huevos o te comen, yo he quitado navajas, he sacado a gente de mi bar a empujones y ya despues de haberme echo la valiente me he tenido que sentar por que no me aguantaban las piernas (del miedo claro)pero yo valiente, y despues de que hubiese pasado todo, me decia de la que te has librao "amparo" y yo me contestaba a mi misma "pozi"... Besos con aires del sur...

1:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Al final, siempre ganan...

V.

4:25 p. m.  

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