27 marzo 2006

Album

Este es mi hermano Cuco en una fotografía que tomé en 1989. Me la he encontrado por casualidad traspapelada en una carpeta del ordenador, una de esas carpetas donde se almacenan todo tipo de cosas y que sólo frecuentas cuando no encuentras lo que buscas. En la foto, Cuco aparece con nuestro gato, que nunca tuvo nombre porque era un gato con problemas de personalidad: no acabó de creerse gato. El gato era de Cuco. Fue él quien lo trajo una tarde a casa, sin avisar, recién nacido, cuando cabía en la palma de una mano, y fue él quien se ocupó y preocupó desde el primer día poniendo todo el esmero del mundo. Cuco trajo el gato a casa con ciertas reservas por nuestra parte pero el gato acabó robándonos el corazón a todos, de manera que cuando se murió a los 13 años nos llevamos un disgusto mayúsculo. Cuco sobre todo.

Desde que la fotografía ha aparecido en el monitor me he quedado mirándola un rato largo con curiosidad y una mezcla de perplejidad y nostalgia. A mí las fotografías que muestran el instante detenido de un pasado que yo he vivido me impactan bastante. Me he dado cuenta, por ejemplo, de que cuando se tomó esta imagen el protagonista era el gato pero hoy, tantos años después, el protagonista a mis ojos es Cuco, el que fue y ya no es, siendo. Es curioso el cambio de papeles que ha tenido lugar en el interior de la imagen sin que nada en ella se haya movido. Creo que por ese motivo me he quedado con la vista puesta tanto rato en esa fotografía en la que yo sigo estando al otro lado, observando.


4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pág. 19


"El tiempo lo conserva todo, pero todo se vuelve descolorido, como en las fotografías antiguas, fijadas en placas metálicas. La luz y el paso del tiempo desgastan los detalles preciosos que caracterizan los rostros fotografiados. Hay que mirar la imagen desde distintos ángulos y buscar la luz apropiada para reconocer el rostro de la persona cuyos rasgos han quedado fijados en el espejo ciego de la placa. De la misma manera se desvanecen en el tiempo todos los recuerdos humanos. Luego, en algún momento inesperado, nos llega un rayo de luz y entonces volvemos a ver el mismo rostro olvidado..."

Disculpa, el post me recordó a esta lectura . No pude evitarlo

2:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Fe de erratas:

dónde dice preciosos es precisos. Cosa muy diferente. Disculpen las molestias.


"El último encuentro"
Sándor Márai

10:13 p. m.  
Blogger emejota said...

Nada que disculpar. Y no es de extrañar que se haya deslizado la errata porque eso precisamente es lo que resulta el texto: precioso.

Muchas gracias y un abrazo.

10:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No hay de qué... Fue un placer.

Mis saludos.

11:58 a. m.  

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